POLÉMICA DEL CANDIDATO REPUBLICANO A LA PRESIDENCIA DE EEUU
Donald Trump reitera que los inmigrantes mexicanos "son criminales" y pide un muro en la frontera
El magnate y candidato republicano a la Presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, ha reiterado que los inmigrantes mexicanos "son criminales" durante su visita a la frontera entre ambos países. En su visita a la ciudad texana de Laredo, ha subrayado que Estados Unidos "hace frente a un enorme peligro en la frontera debido a la entrada de ilegales". Tras ser preguntado sobre si tiene pruebas que respalden sus afirmaciones de que hay violadores y otros delincuentes entre los inmigrantes, Trump ha respondido afirmativamente. "Tengo, y lo sé por diferentes personas", ha subrayado.
El controvertido aspirante a la candidatura presidencial republicana Donald Trump ha insistido en un muro pero solo en "algunas partes" de la extensa frontera entre Estados Unidos y México, al realizar una corta visita a la ciudad de Laredo (Texas, EE.UU.).
En la ciudad fronteriza había mucha expectación por lo que podía decir Trump tras pisar Laredo, donde el 95,6 % de los censados son hispanos, tras sus controvertidos comentarios sobre la inmigración y sobre México. Sin embargo, el magnate estadounidense se limitó a reiterar, con un tono más suave, lo que ya había dicho: que "México envía a sus criminales a Estados Unidos" y que es necesario construir un muro que separe a los dos países.
"Un muro en la frontera nos ahorraría muchísimo dinero. Tenemos que levantar un muro", afirmó Trump, que lidera la intención de voto en la contienda republicana con un 24 % de apoyos, según las últimas encuestas.
El aspirante republicano fue invitado a Laredo por un sindicato de la Patrulla Fronteriza, que a última hora retiró su propuesta por discrepancias con la dirección nacional de su organización, pero Trump decidió viajar igualmente al lugar pese al contratiempo.
"La Patrulla Fronteriza me retiró la invitación para no inmiscuirse en política y por órdenes de Washington", aseguró Trump y añadió que los sindicalistas "han sido silenciados" y que "están muertos de miedo" por las presiones que han recibido. En una rueda de prensa, el magnate dijo que ha recopilado pruebas, que no mostró, de que México envía a sus criminales a Estados Unidos, tal y como aseguró durante el lanzamiento de su candidatura el pasado 16 de junio, en el que también calificó a los inmigrantes de ese país de "narcotraficantes" y "violadores".
Más allá de eso, el polémico candidato no ofreció detalles de cómo piensa lidiar con el problema de la inmigración, "un gran peligro", dijo, si es elegido presidente. Tras la rueda de prensa, el aspirante presidencial mantuvo un encuentro con líderes comunitarios en el que acusó a los medios de comunicación de manipular sus palabras y dijo que "los latinos amarán a Trump" cuando cree empleo y ellos sean los más beneficiados.
También reiteró que aspira a ganar el voto hispano, aunque una reciente encuesta de Univisión apunta a que el 79 % de la comunidad latina lo desaprueba. Finalmente, el aspirante trató de acallar los rumores que apuntan a que podría optar a la Presidencia como candidato independiente: "Yo soy republicano", dijo.
"La mejor manera de ganar la Presidencia es que yo consiga la nominación y me bata con Hillary Clinton, la peor secretaria de Estado que hemos tenido", agregó el candidato, muy cuestionado en las propias filas republicanas tras sus ataques al senador John McCain y al también aspirante Lindsey Graham.
A Trump, quien permaneció dos horas y media en Laredo, lo esperaban en el aeropuerto más detractores que partidarios, a quienes evitó al subir rápidamente a una caravana de vehículos que lo llevó hasta el punto fronterizo donde fue recibido por la Policía local y el alcalde demócrata, Pete Saenz.
Esa bienvenida suscitó la crítica de demócratas como el congresista Joaquín Castro, quien señaló: "Donald Trump te ha utilizado a ti (Pete Saenz) y a otros miembros de la Alcaldía para parecer bueno. Qué vergüenza para el sur de Texas y para los hispanos". "Espero que sepa encontrar la frontera porque no creo que haya estado ahí antes", bromeó por su parte este miércoles el exgobernador de Texas Rick Perry, rival en la contienda republicana y con el que Trump mantiene un duro intercambio dialéctico.