GRAVES DISTURBIOS EN TODO EL PAÍS

El caso George Floyd incendia EEUU y obliga a Trump a refugiarse en el búnker de la Casa Blanca

Pánico y caos en EEUU. Las protestas por la muerte de George Floyd dejan ya ocho muertos y 4.000 detenidos. La ola de violencia se extienden por todo el país, llegando hasta las puertas de la Casa Blanca. 23 estados y Washington DC ya han decretado el toque de queda.

La tensión social se extiende por EEUU. Las protestas por la muerte de George Floyd a manos de la Policía, en su mayoría pacíficas, están dejando también violencia, ira y fuego en las calles. Unos disturbios raciales que no se daban en EEUU desde el asesinato de Luther King.

Por sexto día consecutivo, la ola de indignación contra el racismo ha llegado hasta la misma Casa Blanca. Así, y haciendo frente a la Guardia Nacional, la pasada noche los manifestantes encendieron hogueras en las zonas adyacentes a la Casa Blanca, incendiaron comercios y atacaron con piedras las fachadas de varios establecimientos.

Ya el pasado viernes esta violencia incesante provocó que el Servicio Secreto protegiera en el búnker subterráneo de la Casa Blanca a Donald Trump. Según la CNN, Trump estuvo en el búnker cerca de una hora antes de regresar al sector de la Casa Blanca que le sirve de residencia.

Esta pasada noche, además, todas las luces de la Casa Blanca se han apagado. Algo histórico que no ocurría desde 1889. Mientras, en el exterior, los manifestantes tiraban piedras y se enfrentaban directamente con los agentes ignorando el toque de queda.

Toque de queda en 39 ciudades ante unos protestas que dejan al menos ocho muertos.

Un toque de queda nocturno que ya está vigente en 39 ciudades por el aumento de la violencia, que deja al menos ocho muertos en todo el país y más de 4.000 detenidos durante el fin de semana.

Las escenas de caos también se han repetido en Nueva York, donde incluso un coche de Policía arrolló a varias personas al verse rodeado. Si bien durante el día las manifestaciones fueron pacíficas, grupos de jóvenes optaron por la violencia caída ya la noche. Así los manifestantesquemaron basuras, lanzaron botellas, rompieron las lunas de los coches patrulla que encontraban y montaron barricadas en las vías.

Mientras en Mineápolis un camión se lanzó sin control contra una multitud que cortaba la autopista. Afortunadamente no provocó heridos más allá del propio conductor, que recibió una paliza por parte de los manifestantes y tuvo que ser hospitalizado.

La Guardia Nacional intenta controlar los saqueos, la violencia y los disturbios en 12 estados, pero los incidentes no cesan. Ni tampoco las escenas de brutalidad policial.

En Atlanta dos estudiantes fueron arrestados después de que la Policía interceptara su vehículo. En el vídeo de la detención se muestra cómo los agentes destrozan la ventana del conductor, abren a la fuerza su puerta y disparan a la pareja con pistolas eléctricas. Como resultado dos de los policías han sido despedidos por un "uso excesivo de la fuerza".

Y ante este escenarioTrump opta por echar más leña al fuego desde Twitter. "Cuando empiezan los saqueos empiezan los tiroteos", afirmó el presidente en un mensaje que la red social ya ha ocultado por considerar que incita a la violencia.

Trump utiliza Twitter para calificar a los manifestantes de "delincuentes" y "perros".

El presidente también ha utilizado Twitter para calificar de "delincuentes" y "perros" a los manifestantes y ha amenazado con incluir a los 'Antifa' entre las organizaciones terroristas.

Pero Trump también arroja críticas contra los alcaldes y gobernadores demócratas, a lo que acusa de quedarse de brazos cruzados. "Los gobernadores y alcaldes liberales deben ser mucho más duros o el Gobierno Federal intervendrá", señaló en otro tuit.

La alcaldesa de Washington DC no ha tardado en responderle: es responsabilidad del presidente amainar las protestas y no agitarlas. "No tiene que incitar a la violencia. Es lo que esperaramos", apuntó ante los medios Muriel Bowser. A cinco meses para las elecciones, Trump se ha encontrado con dos escenarios que le pueden pasar factura: la pandemia del coronavirus y el caos en las calles por la muerte de George Floyd.

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