Tras analizar más datos

La EMA recomienda seguir administrando la segunda dosis de AstraZeneca entre cuatro y 12 semanas tras la primera

La Agencia Europea del Medicamento insiste: los beneficios de la vacuna superan a los riesgos "en adultos de todos los grupos de edad".

La Agencia Europea del Medicamento (EMA) recomienda seguir administrando la vacuna de AstraZeneca contra el coronavirusentre cuatro y 12 semanas después de la primera dosis. Así lo ha indicado este viernes en una nueva actualización de su evaluación de este fármaco, en el que reitera que sus beneficios superan a sus riesgos "en adultos de todos los grupos de edad".

En cuanto al intervalo entre ambas dosis, la Agencia ha decidido mantener la recomendación actual, tras considerar la posibilidad de alargar el espacio de tiempo entre ambas inyecciones, no administrar la segunda o poner una vacuna de ARN mensajero -como las de Pfizer y Moderna- en su lugar.

Sin embargo, el regulador considera que "no ha habido suficiente exposición ni tiempo de seguimiento" para determinar si el riesgo de trombos tras la segunda dosis difiere del riesgo tras la primera. Así, concluye al respecto que de momento no hay datos suficientes para cambiar la recomendación que ya se viene aplicando.

La EMA ha publicado estas conclusiones dos semanas después de hallar un "posible vínculo" entre la citada vacuna y "casos muy raros" de coágulos sanguíneos con plaquetas bajas.

Ahora, tras analizar más datos, su Comité de Medicamentos de Uso Humano (CHMP) insiste en que los beneficios son mayores que los riesgos. En concreto, estima que el mencionado efecto secundario se produce solo en una de cada 100.000 personas vacunadas.

Asimismo, el análisis de la EMA muestra que los beneficios de la vacunación con AstraZeneca aumentan con la edad y el nivel de infección en una comunidad. Así lo ha indicado el organismo en un comunicado y lo ha reiterado su director ejecutivo adjunto, Noël Wathion, en rueda de prensa.

Una comparecencia en la que asimismo ha señalado que la Agencia continuará evaluando la información disponible por parte del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC), los Estados miembro de la UE y la propia compañía farmacéutica para decidir si, en función de la evidencia científica, las conclusiones actuales sobre la vacuna deben ser modificadas.

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