Desigualdad en la inmunización
Europa ignora la petición de la OMS y mantiene sus planes de cara a la tercera dosis de la vacuna
Alemania y Francia seguirán adelante con su estrategia de vacunación de refuerzo, mientras Bruselas, por otra parte, se limita a dejar la responsabilidad en cada estado miembro de la UE.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, fue claro: los países más ricos deben echar el freno en su intención de aplicar la tercera dosis. Una advertencia que se hizo de forma solemne, en forma de moratoria, y a la que Europa —y algún que otro país— ha hecho caso omiso.
Alemania, Francia e Israel seguirán adelante con sus planes de administrar refuerzos de la vacuna contra el COVID-19. En el caso de la primera, el presidente francés, Emmanuel Macron, resaltó este jueves que su Gobierno está trabajando en el despliegue de terceras dosis para los ancianos y otros colectivos vulnerables a partir de septiembre.
En el país germano, la estrategia gira en torno a dar refuerzos a los pacientes inmunocomprometidos, a los muy ancianos y a los residentes de residencias a partir de septiembre, según sostenía el Ministerio de Sanidad. Es decir, a diferencia de lo que pedía la OMS, que era retrasar estos planes, como mínimo, hasta finales de septiembre —cuando la entidad prevé que el 10% de la población mundial haya logrado la inmunidad—, ambas naciones mantiene su intención de hacerlo a principios de mes.
La Unión Europea, al margen: deja la decisión en manos de cada país
También este jueves, apenas 24 horas después de que Tedros hiciera su llamamiento, La Comisión Europea despejó el camino para que se apliquen las terceras dosis al dejar en manos de cada estado miembro la decisión. En esta línea, Bruselas se encomienda a "las evidencias científicas", de tal forma que, si un país quiere poner ya el 'booster' (y no hay ningún hecho en términos de salud que lo impida), va a poder hacerlo.
En esta línea, la portavoz de la CE Arianna Podestà aclaró que, en cualquier caso, para el futuro es necesario "seguir garantizando la disponibilidad de suficientes vacunas, también en los próximos años, ante la posible necesidad de dosis de refuerzo si la evidencia científica lo confirma y también para la aparición de nuevas variantes".
Un mensaje que coincide, además, con lo que piden las farmacéuticas. Sin ir más lejos, Moderna sostiene que "será necesario un refuerzo este otoño, particularmente debido a delta". Es decir, septiembre. En el hemisferio norte. Donde la vacunación ha avanzado más que en otras partes del globo.
La desigualdad en las vacunas: por qué la OMS pide esperar en la tercera dosis
A día de hoy, el 80% de las vacunas administradas —más de 3.000 millones de inyecciones— se han inoculado en países con ingresos medios o altos. En lugar de disminuir con los meses, la desigualdad en la disponibilidad de las vacunas está aumentando, según han defendido por activa y por pasiva desde la OMS.
Mientras Europa tiene vacunada a más de la mitad de su población y Estados Unidos a cerca del 70 % con al menos una dosis, sólo el 2 % de los habitantes de África tienen la pauta de vacunación completa y el 5 % ha recibido una dosis.
Precisamente, la situación del continente africano es la más dramática, donde las autoridades de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de África (África CDC) de la Unión Africana sostienen que hay que vacunar antes a todo el mundo porque "existe el riesgo de crear más variantes". Como se aprecia en el siguiente mapa, la desigualdad es notoria:
Sudán, Chat, Níger, Mauritania, Uganda, Angola, Zambia... de norte a sur, la gran mayoría de países de África no superan el 0,5% de la población con las dos dosis. Latinoamérica también registra valores menores que en Europa, pero su porcentaje sigue siendo más alto. En Chile, Uruguay, Colombia y Brasil se supera el 20%, mientras Argentina, Bolivia y Perú superan el 10%.
Por ello, la OMS ha defendido que "necesitamos la cooperación de todos, especialmente de las compañías y del puñado de países que controlan el suministro mundial de vacunas". Un trabajo que, de momento, más allá de las dosis que cada país dona en sus acuerdos bilaterales —España por ejemplo ha enviado esta semana 650.000 dosis de AstraZeneca a Latinoamérica —, depende del plan COVAX de la OMS.
Se trata de una iniciativa de colaboración mundial para acelerar el desarrollo y la producción de pruebas, tratamientos y vacunas contra el coronavirus y garantizar el acceso equitativo a ellas. Labor, no obstante, que está siendo lenta y que, según las previsiones, intentará garantizar la vacunación de un 20% del mundo. Por ello, las entidades internacionales exigen más. "Hay que decidir desde una perspectiva global y considerando que la prioridad deben tenerla los grupos de mayor riesgo", concluyen desde la OMS.