SEGÚN EL ESTUDIO DEL INSTITUTO DEMOSCÓPICO BVA
Los franceses creen que Hollande es el peor presidente en los últimos 30 años
Una encuesta realizada por el instituto demoscópico BVA ha revelado que el actual presidente de Francia, François Hollande, sólo está bien considerado por el 27% de los ciudadanos. El instituto ha precisado que no sólo los votantes de derecha le rechazan sino también gran parte de quienes dicen ser de izquierdas pero no socialistas.
Los franceses creen que el actual presidente de Francia, François Hollande, es el peor y el menos valiente de todos los jefes de Estado que ha habido en el país en los últimos 30 años, según los resultados de una encuesta difundida.
El estudio realizado por el instituto demoscópico BVA entre los pasados 10 y 11 de octubre revela que Hollande está bien considerado solamente por el 27% de los ciudadanos, frente al porcentaje del 45 % obtenido por su predecesor, Nicolas Sarkozy.
El presidente con el mayor beneplácito entre los encuestados es el socialista François Mitterrand, con un apoyo del 57%, seguido a tan solo un punto de diferencia por el conservador Jacques Chirac. El estudio advierte de que la popularidad de Mitterrand está muy dividida entre los simpatizantes de izquierdas o de derechas, al constatar que entre los primeros el visto bueno llega al 89%, frente al 33% que recibe por parte del segundo grupo.
El actual jefe del Estado, que según BVA no se beneficia del "efecto nostalgia" de los anteriores, pierde también cuando se pregunta a la ciudadanía quién es el más valiente, calificación que gana Sarkozy (41 %), seguido por Mitterrand (37 %) y, a mucha mayor distancia, por Chirac (9 %) y Hollande (8 %).
El instituto precisa que, "obviamente", los votantes de derecha rechazan a Hollande, con una mala calificación por parte del 95 %, pero aclara que le suspenden también gran parte de quienes se dicen de izquierdas pero no socialistas (58 %). Las medidas más valientes que se han tomado en las últimas tres décadas, según añade esa encuesta, fueron la abolición de la pena de muerte en 1981 (79 %), la adhesión al euro en 1999 (52 %) y la reforma de los regímenes especiales de jubilación en 2008 (51 %).
En la actualidad, los pasos más osados que deberían adoptarse, a su juicio, serían prohibir que las empresas con beneficios despidan a sus empleados (53 %), cuestionar la semana laboral de 35 horas (47 %) y suprimir la seguridad laboral de los funcionarios (44 %).