¿Cuánto queda de guerra?

El futuro inmediato de Israel en Gaza: dos meses más de ofensiva y una reocupación permanente

Dos meses después de los sangrientos atentados de Hamás en Israel, a los que los hebreos han respondido con una auténtica masacre, las perspectivas no son nada halagüeñas para Gaza. Porque Netanyahu y su Gabinete de Guerra quieren mantener la presión militar hasta controlar la Franja.

Los dos meses de horror que llevan vividos en Gaza serían sólo el ecuador de la guerra: a la ofensiva israelí le quedarían otros tantos con la intensidad actual. Estos son los cálculos del propio ministro de Defensa hebreo, dos meses más de presión militar mantenida —o aumentada— y muchos más de "limpieza" (sic) con dos objetivos declarados y uno soterrado.

Los declarados: eliminar a Hamás y conseguir la liberación de los más de 100 rehenes que tienen en sus manos. El soterrado —ya no tanto—, es controlar directamente la Franja. Al primer ministro Netanyahu ya no le vale —si es que le ha valido alguna vez— una fuerza internacional. Mucho menos, que sean los palestinos moderados de Mahmud Abás quienes gobiernen en toda la Franja (el poder de la Autoridad Nacional Palestina se circunscribe ahora mayormente a Cisjordania). Algo que, según Sky News Arabia, estaría dispuesto a hacer —cuando hasta ahora lo había rechazado públicamente—.

Hacia una reocupación israelí permanente

"Netanyahu lo tiene clarísimo: no quiere bajo ningún concepto que gobierne la Autoridad Nacional Palestina; quiere controlarla y quiere controlarla él", explica vehemente Ruth Ferrero, profesora de Ciencias Políticas y Estudios Internacionales en la Universidad Complutense de Madrid, que en 'Al rojo vivo' coincide con otros analistas, como Ignacio Cembrero, en que "vamos a una reocupación permanente del territorio de Gaza".

Con este panorama, Gaza bajo el yugo de un asedio extremo —casi sin suministros, comida, sin agua potable, sólo con dos hospitales prestando sólo primeros auxilios en todo el norte— el Gobierno de Israel afronta una creciente oposición interna... y externa. "Ya no es sólo Pedro Sánchez: es António Guterres, es Kamala Harris, es el propio Biden que está modulando su apoyo...", apunta Ferrero.

Redoblada presión internacional

Todo este panorama se ve rodeado con redobladas ofensivas diplomáticas. El G7, encabezado por Estados Unidos, el tradicional mayor aliado israelí, presiona por un armisticio. Naciones Unidas podría votar este viernes una resolución pidiendo que sea inmediato, esponsorizada por los países árabes en este caso.

Su secretario general, António Guterres, ha invocado de hecho el excepcional artículo 99 para "llamar la atención sobre la catástrofe humanitaria en Gaza y la amenaza que supone para la paz y seguridad en el mundo". Aunque, claro, según Israel esto —pedir un alto el fuego— es "una bajeza moral" (que así se ha despachado en redes sociales el Embajador israelí ante la ONU).

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