Tensión en Oriente Medio
Gaza se queda sin territorio: los bloques amarillos que Israel coloca donde quiere y con los que controla el 60% de la Franja
¿Qué está pasando? Los israelíes están usando esos muros de hormigón amarillo para ahogar cada vez más a los gazatíes. Cruzarlos significa la muerte.
Resumen IA supervisado
Israel continúa expandiendo su control en Gaza, estableciendo muros de hormigón que delimitan el territorio y amenazan a los residentes palestinos. La expansión israelí ignora las críticas internacionales y asfixia cada vez más a la población local, dejándolos sin tierras para vivir. Un ciudadano relata cómo fue obligado a abandonar su hogar cuando los israelíes colocaron un "cinturón amarillo". Las excavadoras avanzan a plena luz del día, y los colonos israelíes izaron su bandera en el territorio ya ocupado, que abarca el 60% de la Franja. A pesar del peligro y la escasez de tierras, los gazatíes continúan cultivando para alimentar a sus familias, mientras los ataques persisten, incluso tras un supuesto alto el fuego, como el reciente ataque en una boda en una escuela infantil.
* Resumen supervisado por periodistas.
Israel sigue ganando, o invadiendo, terreno en Gaza. Sigue poniendo donde quiere esos muros de hormigón amarillos que delimitan el territorio. Que, de cruzarse, significan la muerte para los gazatíes. Poco les importa la justicia. Poco les importa lo que digan o dejen de decir sobre una práctica que ahoga cada día más a los palestinos y a las palestinas.
Porque cada vez tienen menos cosas que trasladar. Porque les están dejando sin tierras para vivir. "Me voy porque los israelíes me echan. Pusieron el cinturón amarillo y me dijeron 'eres el último'", cuenta un ciudadano.
Y ni se esconden. A plena luz del día usan sus excavadoras para ir ganando cada vez más y más territorio. Pintando de amarillo la Franja. Ya es suyo el 60% de un lugar que apenas tiene 365 kilómetros cuadrados.
Para que todo quede todavía más claro, los colonos israelíes se cuelan en la Franja para izar su bandera allá donde pisan.
"Oímos disparos todos los días", afirma los gazatíes, que siguen cultivando a pesar de la escasez de tierra y del peligro porque deben dar de comer a sus familias.
Los ataques, mientras tanto, continúan. Continúan a pesar de ese alto el fuego. El último, en una boda en una escuela infantil en el que varias personas han muerto asesinadas.
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