El conflicto, lejos de solucionarse
Gaza resiste a duras penas sin ayuda humanitaria y ante la inminente incursión terrestre de Israel
Aunque la ayuda humanitaria tendría que haber entrado ya en el territorio palestino, Israel sigue poniendo trabas para que accedan los 20 camiones cargados de alimentos, agua y medicamentos. Biden asegurá que este sábado comenzará la operación.
En la oscuridad salvada por el centelleo de disparos y bombas que no dejan de enviarse Israel y Hamás, vuelve la esperanza. Este viernes, el grupo terrorista palestino ha confirmado la puesta en libertad de dos rehenes estadounidenses. Se trata de una madre y su hija que podrán volver finalmente a su casa, dejando atrás un infierno en el que aún se mantienen cerca de 200 personas retenidas por Hamás; también, miles de palestinos que resisten como pueden la ofensiva israelí y las condiciones infrahumanas en las que se mantienen, ya casi sin agua, alimentos o medicamentos. Precisamente, 48 horas después de conocerse el acuerdo que alcanzaron EEUU e Israel para permitir el paso de ayuda humanitaria en Gaza, esta todavía no ha llegado en un momento crítico.
Ni un solo camión ha cruzado el Paso de Rafah mientras prosiguen los trabajos para reconstruir la carretera que une Egipto con la Franja; se arreglan los socavones provocados por los bombardeos y retiran muros de hormigón para que los poquísimos vehículos permitidos por el Estado Israelí puedan dar un halo de esperanza a toda una población. Según ha declarado el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el paso estará abierto en las próximas 24 o 48 horas. Pero cada minuto cuenta, y eso lo sabe bien el Secretario General de Naciones Unidas.
Antonio Guterres ha querido ver de primera mano lo que está sucediendo en el Paso de Rafah. El máximo representante de la ONU ha pedido que entren muchos más camiones y que entren cuanto antes. Y ha reclamado un alto el fuego: "Esta es una zona de guerra, y por eso pido un alto el fuego humanitario". Mientras centenares de camiones esperan para poder llevar ayuda a los gazatíes, Israel sigue golpeaando con fuerza la Franja. Los ataques continúan, y ni siquiera se ha respetado una iglesia ortodoxa que hasta ahora servía de refugio para cristianos y musulmanes. Ha quedado reducida a escombros.
Estábamos refugiados en la iglesia. Alrededor de 400 cristianos. De repente la ocupación israelí bombardeó el edificio"
Tal y como se puede apreciar en las imágenes que acompañan estas líneas, sin electricidad, solo con la única ayuda de los móviles y algunas linternas, muchos recorren los escombros en busca de supervivientes tras esta nueva masacre. Se meten en sitios imposibles donde pueda haber alguien atrapado entre las ruinas de lo que era este espacio religioso. Bombardearon directamente a la iglesia. Aquí se refugiaban y vivían desde hace días cientos de familias cristianas y musulmanas, con niños pequeños, que llegaron allí pensando que era un lugar seguro.
"Vinieron aquí para escapar de los ataques aéreos y la destrucción, pensaron que estaban a salvo aquí", denuncia un superviviente. Otros, simplemente, llegaron al lugar porque los bombardeos israelíes les habían dejado en la calle: "Están bombardeando a cristianos y musulmanes en Gaza". A una mujer y a sus hijos, entre otros muchos, el bombardeo les pilló dentro del templo: "Estábamos refugiados en la iglesia. Alrededor de 400 cristianos. Nos quedamos allí. De repente la ocupación israelí bombardeó el edificio". Se ha producido así un ataque de nuevo contra un refugio de gazatíes que se encontraba en la misma zona, a solo 350 metros de la masacre contra el hospital de Al Ahli el pasado martes.
Como se indicaba anteriormente, quienes no sufren directamente las consecuencias de tiroteos y bombardeos, se ven afectados igualmente por el infierno en el que se ha convertido la propia región. Muchos tienen que comer y dormir por turnos en pequeños espacios en los que pueden llegar a convivir más 90 personas, muchas de ellas menores. Es lo que está sucediendo en una vivienda de Jan Yunis, al sur de Gaza. En este caso, pueden hacerlo gracias a la solidaridad de Ibrahim, un hombre con nacionalidad palestino-irlandesa que ha convertido su residencia en un refugio para acoger a familiares y amigos que se han quedado en la calle, sin nada.
Sobre el futuro inmediato del conflicto
Mientras tanto, y pese a que no se sabe cuándo, cada día hay menos dudas de lo que acabará sucediendo. La última pista la ha firmado el ministro de Economía de Israel, Nir Barkat, en un terrible mensaje en el que destacan sus palabras de desprecio por civiles y los rehenes. No ha dudado en afirmar que la prioridad es destruir a Hamás; el resto, secundario: "El Ejército tiene luz verde. No hay que abrir un debate en los medios. Son planes militares. No es una cuestión política. El Gobierno tomó una decisión: acabad con ellos". El objetivo del resto de países es, en cambio, frenar como sea esa escalada de violencia y muerte.
En una ciudad construida en medio del desierto de El Cairo se va a celebrar este sábado una cumbre diplomática sin precedentes para intentar evitar que se extienda por Oriente Medio el conflicto entre Israel y Palestina. La ha promovido el presidente egipcio y ya han confirmado su asistencia el presidente palestino, el secretario general de las Naciones Unidas y el presidente del Consejo Europeo. Entre los gobernantes estarán también el presidente en funciones Pedro Sánchez, el primer ministro de Canadá y la primera ministra Italiana. Ni Estados Unidos ni Israel asistirán, aunque están invitados, y Reino Unido enviará a su ministro de Exteriores. En unas horas se verá si es solo una foto con declaración de buenas intenciones o si se llega a algún acuerdo que ayude a acabar con el conflicto.
En esta línea, el presidente egipcio también ha llamado a manifestarse por la paz, y eso que las protestas están prohibidas. Una de ellas se le ha vuelto en contra esta misma tarde. La marcha en apoyo a Palestina ha acabado siendo de rechazo al propio Al-Sisi, pidiendo pan, libertad y justicia.