Por las malas condiciones
Un grupo de detenidos por el asalto al Capitolio piden que se les traslade a Guantánamo
Los encarcelados cuestionan las condiciones en las que se encuentran, quejándose de la mala calidad de las comidas, en las que aseguran que se llegan a encontrar gusanos.
Un grupo de 34 detenidos por el asalto al Capitolio de Estados Unidos en 2021 que se encuentran provisionalmente en prisión a la espera de juicio se quejaron este lunes por carta de las condiciones de la cárcel y pidieron que se les traslade al penal de Guantánamo (Cuba).
En una misiva de siete páginas escrita a mano, los encarcelados -que actualmente se encuentran en una prisión en Washington- lamentaron las condiciones a su juicio penosas de la prisión y pidieron a la Corte que les envíe al infame penal en que se encuentran los acusados de terrorismo islámico. Según ellos, incluso en Guantánamo -donde en el pasado se practicaron torturas a los presos- las condiciones serían mejores que las actuales.
Entre las quejas de los presos están la mala calidad de las comidas -en las que aseguran que encuentran gusanos-, la falta de acceso a servicios legales, supuesto racismo por parte de los funcionarios de prisión y el mal estado de las instalaciones.
Este lunes comenzó precisamente en Washington el juicio por sedición a varios miembros del grupo de extrema derecha Oath Keepers (guardianes del juramento, en inglés), incluido su fundador, Stewart Rhodes, por su papel durante el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021.
Rhodes, líder del grupo, y cuatro de sus miembros están acusados de conspirar para tratar de detener mediante la fuerza la confirmación de la victoria electoral de Joe Biden en las elecciones presidenciales de 2020, en las que el demócrata le arrebató la Presidencia a Donald Trump.
Según la acusación, los cinco integrantes guardaron armas, munición y granadas de mano en un hotel cercano a la capital estadounidense con el objetivo de "impedir a varios congresistas certificar las elecciones", dijo el fiscal Jeffrey Nestler.
Durante el ataque, que dejó cinco muertos y más de 140 agentes heridos, Rhodes se mantuvo fuera del edificio supervisando la operación, mientras que otro de los acusados, Kelly Meggs, encabezó un grupo de 14 personas hasta el interior del Capitolio, donde se dividieron en dos grupos de siete, uno dirigido al Senado y el otro a la Cámara de Representantes.