Irán rechaza vínculos de Teherán con el ataque del 7 de octubre de Hamás en Israel: "Son documentos inventados"

La misión permanente de Irán ante Naciones Unidas ha asegurado este sábado que Teherán no tuvo relación alguna con la operación 'Tormenta de Al Aqsa' liderada por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) contra Israel en octubre del año pasado, alegando que las afirmaciones que sostienen lo contrario "no tienen credibilidad" y se basan en "documentos inventados".

"Si bien los propios funcionarios de Hamás estacionados en Doha han declarado que ellos tampoco tenían conocimiento previo de la operación y que toda la planificación, toma de decisiones y dirección fueron ejecutadas únicamente por el ala militar de Hamás con base en Gaza, cualquier afirmación que intente vincularla con Irán o Hizbulá-ya sea parcial o totalmente- carece de credibilidad y proviene de documentos inventados", ha aseverado la misión en un comunicado recogido por la agencia IRNA.

Estas declaraciones llegan después de que varios medios estadounidenses, entre ellos The New York Times, hicieran referencia a supuestos documentos obtenidos por el Ejército israelí en los que se incluían detalles sobre la operación 'Tormenta de Al Aqsa', que se llevó a cabo el 7 de octubre de 2023.

Los mencionados escritos defienden que Hamás planeaba atacar Israel ya en 2022, pero que pospuso la agresión un año para tratar de conseguir el respaldo de las autoridades iraníes y del partido-milicia chií libanés Hezbolá, para lo que se ambas partes se habrían reunido en varias ocasiones.

Esta no es la primera vez que el Gobierno de Irán se desvincula de la agresión llevada a cabo por Hamás hace ahora un año, pues desde Teherán han dicho en repetidas ocasiones no tener conocimiento previo de la ofensiva, garantizando que se trató de "una operación completamente palestina".

Las autoridades de la Franja de Gaza, controladas por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), han elevado este viernes a 42.175 los muertos y a más de 98.300 heridos por la ofensiva desatada por Israel tras los ataques del 7 de octubre de 2023, que dejaron alrededor de 1.200 víctimas mortales y unos 250 secuestrados en territorio israelí.