LAS ESTATUAS MIDEN MÁS DE TRES METROS DE ALTURA
Iron Man y Hulk conquistan los templos budistas, los superhéroes se convierten en el último reclamo de captación
El budismo se reiventa en Tailandia, en concreto en un templo situado a las afueras de la ciudad de Bangkok. Allí imponetes estatuas de Iron Man y Hulk acaparan las miradas de todos. El responsable del templo ha decidido colocarlas para acercar la religión a niños y adolescentes. Aunque hay quienes se muestran reacios a esta iniciativa, que sin duda ha conseguido llamar la atención.
Corren nuevos tiempos para el budismo en Tailandia, dónde el templo Wat Tamru se ha rendido a los encantos de los súper héroes del cómic estadounidense y los utiliza como reclamo para acercar la religión a niños y adolescentes.
Frente a la escalinata que conduce al edificio principal del santuario, situado a las afueras de la ciudad de Bangkok, uno puede preguntarse si realmente ha entrado en lugar sagrado o en un parque temático de Hollywood.
La imponente estatua de Hulk, el monstruo de piel verde creado por la editorial de cómics americana Márvel en los años 60, que custodia con sus más de tres metros de altura la entrada enseñando músculos y dientes, transforma las expectativas de inmediato.
"El abad del templo decidió colocar las estatuas de los súper héroes para llamar la atención de los niños y adolescentes, y conseguir que acudieran al templo con más asiduidad", ha declarado uno de los monjes que vive en el templo.
"Antes, los adolescentes no venían nunca al templo. Sin embargo, desde que están las estatuas vienen a hacerse fotos con ellas para colgarlas en las redes sociales y, ya de paso, entran a rezar",ha añadido. Junto al gran Hulk se erige la estatua de otro de sus contemporáneos, un Iron Man de pose erguida enfundado en una elegante armadura metálica de color rojo y dorado, que acapara la atención de todo recién llegado.
Otros monjes compañeros de Surin también defienden que la estrategia funciona como un primer paso para introducir a los niños en el budismo, aunque reconocen que hay gente a la que no le convence la idea.