"En camino a un alto el fuego"
Biden aumenta la presión para un alto el fuego pero Israel desoye sus palabras
El presidente de Estados Unidos se ha posicionado a favor de un alto al fuego, aunque ha mantenido su apoyo a Israel, cuyos bombardeos dejan más de 210 palestinos muertos.
El presidente de EEUU, Joe Biden, aumentó este miércoles la presión sobre Israel para que acaben las hostilidades con los palestinos, aunque el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, lo rechazó de inmediato y aseguró que continúa la operación militar en Gaza.
En la que ha sido su cuarta llamada telefónica con Netanyahu desde el comienzo de la violencia, Biden le dijo al primer ministro que espera "una desescalada bélica significativa" hoy mismo para abrir camino a un alto el fuego. Así lo informó la Casa Blanca en un comunicado, en el que no explicó qué significa para el Gobierno estadounidense una "desescalada".
Netanyahu fue más claro en su respuesta y señaló que está decidido a continuar con la operación en Gaza hasta que logre su objetivo: "devolver la tranquilidad y la seguridad a los ciudadanos de Israel", aseguró el responsable israelí en declaraciones difundidas por la Oficina de Prensa de su Gobierno.
El conflicto entre las milicias palestinas de Gaza e Israel entró este miércoles en su décimo día, mientras sigue el intercambio de fuego, con un saldo de 219 palestinos muertos en la franja y 12 personas en Israel.
La Casa Blanca agregó en su comunicado que Biden y Netanyahu hablaron de los esfuerzos diplomáticos por parte de EEUU y los Gobiernos de otros países de Oriente Medio. Asimismo, abordaron "los progresos de Israel para disminuir las capacidades de Hamás y de otros elementos terroristas", indica la nota.
Desde el inicio del conflicto, la postura del Gobierno Biden ha sido similar al de Administraciones estadounidenses anteriores y ha apoyado sin fisuras el "derecho de Israel a defenderse". No fue hasta hace dos días cuando Biden expresó su respaldo a un alto el fuego durante una conversación telefónica con Netanyahu, tras haber recibido críticas de sus correligionarios del Partido Demócrata y de otros países para que juegue un papel más activo en la crisis en Oriente Medio.