ENGAÑOSA ALEGRÍA
La aparente prosperidad de los felices años 20, un espejismo que ocultó pobreza, fascismo y crisis económica
La producción en cadena y los pagos a plazos llenaron el mundo de automóviles hace ahora 100 años. En los felices años 20 la aparente prosperidad económica levantaba anímicamente a una sociedad que se recuperaba de la I Guerra Mundial. Pero la alegría no era tan real.
Se llamaron los 'Felices Años 20' porque tras la I Guerra Mundial se inició en Occidente un periodo de intenso crecimiento industrial y una prosperidad aparente.
El mapa resultante de la Gran Guerra era tremendamente complicado. Había ganas de ser feliz y disfrutar, pero el conflicto hizo mucha mella en la población europea formando un escenario perfecto para el auge de los fascismos.
Miguel Primo de Rivera en España, la dictadura portuguesa, Mussolini en Italia y Hitler que ya empezaba a hacer de las suyas en Alemania.
La primera organización internacional fue un fracaso
Además, la Sociedad de Naciones, la primera organización internacional de la historia, intentó hacer frente a varios de estos problemas, pero fracasó.
Quedaba la economía. Fueron los años de la industrialización extrema. Sobre todo en Estados Unidos. Ford instauró por primera vez en la historia una producción en cadena de sus automóviles. Además, idearon un plan de financiación de venta al por mayor. Comprar un coche ya no era algo impensable para los bolsillos modestos.
En los 'Felices Años 20' se producía tanto de todo que no había demanda suficiente. Sobraban productos que no se vendían y además la bolsa contribuyó a crear una burbuja que terminó por reventar en 1929. Se confió tanto en el mercado de valores y en su perpetua bonanza que la Gran Depresión cogió a todos por sorpresa.
La imagen de varios inversores tirándose de los edificios de Wall Street fue una forma terrible de despedir una época que siempre pareció demasiado feliz para ser verdad.