Altercados en la capital francesa
Los disturbios se descontrolan en París: lanzan piedras, material explosivo y gases lacrimógenos por la ley de seguridad
Tensión en la capital francesa con 46.000 personas en la Plaza de la Bastilla, según el Ministerio del Interior francés, rodeados de antidisturbios. Se han dado altercados y quema de mobiliario en la capital.
Miles de personas de toda Francia han marchado contra la violencia policial y han exigido una prensa libre, después de que salieran a la luz unas imágenes de tres agentes de Policía dando una paliza al productor musical negro Michel Zecler. Durante la protesta, los manifestantes han portado pancartas con lemas como "Quién nos protegerá de la policía", "Alto a la violencia policial" o "Democracia apaleada".
Sin embargo, pese a que la mayoría de los manifestantes que han marchado por Francia durante este sábado lo han hecho pacíficamente, un grupo de personas enmascaradas que participaban en la marcha de París han lanzado fuegos artificiales contra la Policía, levantado barricadas y lanzado piedras, a lo que los agentes han respondido disparando botes de gas lacrimógeno contra los manifestantes.
Además, de enfrentarse a la Policía, algunos pequeños grupos de manifestantes han incendiado coches, una moto y material de construcción, lo que ha provocado nubes de humo que se podían a varios kilómetros de distancia.
A las organizaciones de periodistas y grupos de libertades civiles que organizaron las marchas se han unido militantes de extrema izquierda, activistas ambientales y manifestantes de los 'chalecos amarillos', quienes han estado protestando contra las políticas gubernamentales durante dos años.
"Lo que está sucediendo en París es extremadamente preocupante y no podemos dejar que esto pase. He pasado dos años con los 'chalecos amarillos' y he visto toda la violencia posible", afirmó la manifestante Caroline Schatz a 'Reuters' durante la marcha de París.
Las imágenes de tres agentes golpeando a Zecler fueron condenadas por el presidente Emmanuel Macron, quien las calificó de "vergonzosas" para Francia. Precisamente, ha sido este suceso el que ha avivado la ira frente a la polémica ley de Macron que pretende limitar en Francia el derecho de los periodistas a informar sobre la brutalidad policial.