LA SOCIALDEMOCRACIA SE HA HUNDIDO

Las cuatro claves que han impedido la victoria de la ultraderecha racista en las elecciones de Holanda

La participación, histórica, ha sido la clave para evitar la victoria del ultra y xenófobo Wilders en Holanda. El liberal Rutte repetirá como primer ministro pero tendrá que buscar un pacto con otros tres partidos. Europa respira aliviada pero no hay que olvidar que Rutte, como buen halcón del euro, es un gran defensor de los recortes.

Vítores y plena felicidad en el cuartel general de los liberales tras la victoria de Rutte, logrando 33 diputados: "El pueblo ha dicho no a que otro país caiga en el efecto dominó del lado malo del populismo".

Frenazo en seco al ultraderechista Wilders, que con 20 escaños no tira la toalla: "Rutte aún no se ha deshecho de mí". El resultado electoral se ha cimentado en cuatro pilares clave:

  • Alta e histórica participación
Un 82% de los holandeses acudieron a las urnas instaladas no sólo en centros oficiales, sino en molinos, 'autovotos' y estaciones de tren. Una participación masiva que superó en ocho puntos a la de 2012.

  • Desplome de la socialdemocracia
Duro revés para el partido laborista que ha perdido 29 escaños respecto a las elecciones de 2012, ahora se quedan con nueve. "La socialdemocracia volverá, la reconstrucción empieza esta misma noche", señalaba su líder.

  • Auge de los verdes
El joven Jesse Klaver, líder de Groenlinks, ha sabido hechizar a miles de holandeses, pasando de 4 escaños a 14.

  • Movilización del voto turco
La comunidad turca en Holanda, que supera los 400.000, han votado en masa para castigar a Wilders y a Rutte. Entre todos los holandeses, el mensaje ha sido claro. No a la ultraderecha. No al racismo y sí a una Unión Europea que aplaude la victoria tras la decepción del 'Brexit'.

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