4.000 COOPERANTES ATACADOS EN 20 AÑOS
Las ONG recuerdan la necesidad de su trabajo tras el escándalo sexual de Oxfam e insisten en que son casos aislados
Oxfam renuncia a los fondos públicos del Reino Unido hasta que se aclare el escándalo sexual en Haití. Las ONG españolas exigen tolerancia cero frente a los abusos sexuales y otras malas prácticas e insisten en que se trata de casos aislados. Recuerdan también el peligro al que se enfrentan los cooperantes a diario, 4.000 han sido atacados en los últimos 20 años.
El escándalo de Oxfam Reino Unido no sólo salpica a su filial en España, y es que para Óscar Camps, presidente de Proactiva Open Arms, "influirá a todos porque este tipo de noticias tratadas de una forma tan alarmista y generalizada lo que hacen es ver el lado oscuro y negro y se omite todo el trabajo y todo lo que haces".
Angustiosos rescates en el Mediterráneo son parte de lo que ven todos los días los voluntarios de la ONG Proactiva Opem Arms, ya que la indefinición de los gobiernos les ha obligado a dar un paso al frente y ser ellos los testigos directos de la vida o la muerte de los migrantes
Algo parecido ocurrió con el ébola, que mató a 11.300 personas en África. Médicos del Mundo se trasladó hasta Sierra Leona con voluntarios que todos los días, durante cuatro semanas, aparcaban su miedo para poder salvar vidas.
Cuando la tierra dejó de temblar en Haití, en enero de 2010, ya había más de 300.000 cadáveres en las calles. El hospital de Puerto Príncipe se había doblado por la mitad y en tres días, MSF monta un hospital de campaña.
Fue allí donde saltó el escándalo de Oxfam Reino Unido. Ahora desde su rama española, su director prono como solución una transparencia que vaya más allá de lo económico: "Las administraciones públicas, pueden y deben incorporar la revisión de la fortaleza de los protocolos contra el acoso y contra el abusos de las organizaciones a las que financian".
Oxfam Intermón ha detectado cuatro casos de abusos o acoso desde 2012. Tiene 1.400 trabajadores humanitarios, muchos de ellos en zonas República Centroafricana, donde salen a trabajar cada día en lugares donde todo el mundo tiene un arma.