Hacen inventos caseros
La lección de vida de los niños refugiados sirios que no pueden ir a la escuela pero tiran de ingenio para ayudar a los demás
Un ventilador, un molinillo de café o juguetes son algunos de los objetos que han creado niños sirios refugiados a los que la guerra y después el coronavirus les ha robado la oportunidad de estudiar. En este vídeo, sus historias de superación.
Los niños son las víctimas más vulnerables de cualquier conflicto. En laSexta hemos podido comprobar 'in situ' la situación de decenas de miles de niños refugiados sirios que malviven en los asentamientos de Líbano. Son menores que huyeron de la guerra y a los que, por si fuera poco, la pandemia les ha robado el derecho a ir a la escuela. Sin embargo, nos han dado una lección de vida al tirar de ingenio para crear aquellas cosas que no tienen.
Omar, con 13 años, ya es un pequeño gran hombre que ha decidido hacer lo imposible por ayudar a su familia. Gracias al programa 'Sacar algo de la nada', dirigido a menores sirios que no pueden estudiar, el niño ha inventado un ventilador y un molinillo de café, pese a llevar solo dos meses formando parte de él.
"Me di cuenta de que mis padres gastaban mucho dinero para poder moler el café fuera y ahora pueden ahorrárselo", expresa el joven, quien consiguió hacer el molinillo casero con un bote de spray y dos aspas sujetas por un cable. En el vídeo, Omar muestra cómo funciona este invento que ha supuesto un importante ahorro para su familia.
Juguetes a partir de material reciclado
Además, pese a que cuesta entender la infancia de un niño sin juguetes, en los campos de refugiados de Líbano es una realidad. Pero gracias al programa 'Sacar algo de la nada', Mohamad y Muatafa, dos hermanos de 11 años, han podido crear los suyos a partir de material reciclado.
En su cara no cabe más orgullo, tal y como se puede ver en el vídeo, después de haber estado trabajando durante varios días en un cohete de juguete. Su hermano también muestra el suyo, que también ha fabricado con sus propias manos: "Estamos muy contentos porque ahora podemos jugar con juguetes que nosotros hemos construido", cuentan a laSexta. Así, los niños han convertido la apatía y tristeza en creatividad y juego.
Preocupación por el aumento de matrimonios infantiles
Sin embargo, para los niños de los campos se refugiados el verdadero peligro no es no poder ir a la escuela. Y es que la pobreza, el hambre y la falta de oportunidades nunca vienen solas. "Estamos muy preocupados por el aumento en matrimonios infantiles, que es otro de los riesgos que puede tener esta crisis", afirma Beatriz Navarro, miembro de la acción humanitaria de la Unión Europea.
Una niña fabrica mascarillas a prueba de velos
De hecho, hay asentamientos en los que el número de estos matrimonios infantiles ha aumentado un 30%, desde que comenzó la pandemia, y la edad ha disminuido de los 16 hasta los 13 años. Precisamente, esta es la edad que tiene Rabouaa. Sin embargo, ella está dispuesta a ser la dueña de su destino.
En este vídeo, nos enseña uno de sus bocetos de mascarillas y nos dice que quiere ser diseñadora. Siempre le ha gustado dibujar, pero ahora sus diseños van a ser útiles y a salvar vidas, después de que haya pasado horas en el pequeño taller de su madre fabricando mascarillas a prueba de velos. Todo esto lo consiguen apenas sin medios, lo que invita a pensar hasta dónde serían capaces de llegar con más apoyo.