Guerra en Ucrania

Leópolis: el último refugio antes de huir de la guerra en Ucrania

La estación de tren de la ciudad, que conecta con Polonia, se ha convertido en un refugio internacional donde los desplazados pueden obtener toda la ayuda que necesitan mientras huyen de la invasión.

En breve

Para muchas personas que huyen de Ucrania el camino hacia la frontera empieza en Leópolis, en el oeste del país y cuya estación de tren se ha convertido en un refugio internacional: aquí obtienen ayuda todos los que la necesitan, también estudiantes latinoamericanos atrapados en la guerra.

Abigail, una estudiante ecuatoriana de periodismo en la universidad de Odesa que vive en Ucrania desde 2016, decidió quedarse temporalmente en Leópolis para ayudar a salir del país a los estudiantes hispanohablantes y a personas procedentes de varios países. Junto con su hermano y un grupo de ecuatorianos, la joven de 24 años se dedica ahora a la organización de viajes de los estudiantes latinoamericanos hacia la frontera.

El viernes llegaron 248 personas evacuadas de Ucrania en un vuelo humanitario fletado por el Gobierno desde Polonia. Un segundo avión con 209 nacionales debe aterrizar este sábado.

De los países latinoamericanos, Ecuador tenía en Ucrania a la comunidad más numerosa al registrar unos 800 ciudadanos, en su gran mayoría estudiantes universitarios.

Hasta ahora, Leópolis se ha librado de los bombardeos aéreos que se han producido en Kiev y en otras grandes ciudades de Ucrania, por lo que personas de todo el país han huido a esta urbe del oeste en busca de un lugar seguro.

"Ayudar a la gente me hace feliz", comenta a Efe Abigail, aunque reconoce que los primeros días fueron muy duros por la cantidad de gente que salía y también el desorden que hubo en la estación de tren.

"Había peleas incluso. De nuestro grupo de 70 personas, al tren se han subido solo 40", señala la joven, que asegura que no quiere salir de Ucrania, pero que no le queda de otra.

Daniela, una estudiante ecuatoriana que le acompaña, dice que decidió salir de Zaporiyia tras recibir el consejo de la dueña de la casa que alquilaba en esta ciudad en el este de Ucrania. "Me dijo que ya no estaba a salvo y que tenía que huir", relata.

Los voluntarios ucranianos que trabajan en la estación de Leópolis señalan que una de sus funciones más importantes es evitar el colapso y el caos que hubo en los primeros días, cuando algunos hombres bloquearon las entradas a los trenes, dando prioridad a sus mujeres y peleando con el resto de la gente.

La gente también dejaba sus cosas y sus mascotas en la estación, intentando subirse al tren.

"Cuando la gente intenta sobrevivir, la cosa se pone muy fea", reconoce uno de los voluntarios.

Medio millón de refugiados

Según la ONU, más de 1,2 millones de personas han abandonado Ucrania a causa de la guerra y buscado refugio en alguno de los países vecinos y otros de Europa, una cifra que aumenta cada hora a medida que Rusia intensifica la ofensiva militar contra su vecino. De acuerdo con la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), 650.000 ucranianos han huido a Polonia.

Para aquellos que no pudieron coger el tren que va directamente a Varsovia, la capital polaca, existe la opción de llegar a la frontera en coche o autobús, hasta uno de los puntos más cercanos, como por ejemplo las localidades ucranianas de Krakovets, Rava-Ruska, Ugryniv.

En la frontera, la gente pasa horas haciendo cola para cruzar la aduana. Allí hay varios puntos de ayuda humanitaria donde la gente puede obtener comida gratis y tomar una taza de té caliente. Una fuente de la aduana ucraniana en la localidad fronteriza de Rava-Ruska recuerda que los primeros dos días fueron muy tensos y "hubo tanta gente que se cayeron las bases de datos electrónicas de la aduana". Añade que pasaban aproximadamente 200 personas cada diez minutos.

Huir con la esperanza de volver

A la pregunta de si piensan volver a Ucrania, la mayoría de las personas en la cola para cruzar la aduana dicen que sí y que salen solo por obligación.

Iryna, una mujer de 40 años procedente de Ukrainka, en la región de Kiev, viaja con su hija pequeña y espera volver cuando la situación mejore.

También en Rava-Ruska, dos hombres y una mujer originarios de Járkov, en el este, lloran al recordar que su ciudad está completamente destruida, pero aseguran que quieren regresar. "Alguien tiene que reconstruir la ciudad cuando acabe la guerra", afirma ella.

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