EL 40% DE LAS VÍCTIMAS SIGUEN SIN IDENTIFICAR

17 años después del 11S: las pruebas de ADN permitirán poner nombre a las 1.100 víctimas que aún quedan sin identificar

Cuando se cumplen 17 años del 11S, se han difundido imágenes sorprendentes sobre el atentado y aún quedan 1.100 de las 3.000 víctimas mortales por identificar. La Oficina Forense de Nueva York anunciaba este año la identificación de un analista financiero que tenía 26 años en el momento del atentado. Las nuevas técnicas de análisis de ADN permiten poner nombre a esas víctimas más de una década después.

Han pasado 17 años desde que dos aviones se estrellaran contra las Torres Gemelas de Nueva York. Fue el peor ataque terrorista de la historia de los Estados Unidos.

Murieron 3.000 personas y todavía quedan 1.100 por identificar. Obtener suficiente ADN de las víctimas ha sido uno de los principales retos. Apenas quedaban restos tras la fuerte explosión, el fuego y el peso de los escombros. Sin embargo, casi dos décadas después, la mejora en las pruebas genéticas ha permitido grandes avances.

"Ahora hay partículas magnéticas que permiten extraer el ADN más degradado", afirma Teresa Perucho, directora del laboratorio 'Genyca'. Esto ha hecho posible identificar a una nueva víctima el pasado mes de julio, la 1.642. Tenía 26 años y trabajaba en el piso 89 de la Torre Sur. Sus restos óseos habían sido analizados hasta en seis ocasiones sin éxito. Teresa Perucho explica que "los dientes es muy buen material porque protege muestra".

Los avances han permitido también resolver casos como el de un niño holandés de 11 años violado y asesinado en 1998. Una muestra de ADN fue clave para detener la semana pasada en un bosque de Cataluña al que fuera su monitor de campamento.

Las novedades en las técnicas genéticas también fueron fundamentales para resolver un caso que conmocionó a España en 1997, el asesinato y violación de Eva Blanco, una joven madrileña de 17 años. Encontraron semen del violador en la ropa interior de Eva. Pero no fue hasta el 2013 cuando los avances del ADN permitieron meter en prisión a su asesino.

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