Fuera de los ensayos clínicos

Maggie Keenan y William Shakespeare, de 90 y 81 años, los primeros del mundo en recibir la vacuna de Pfizer

A sus 90 años, Margaret ha sido la primera persona del mundo en ponerse la vacuna contra el coronavirus de Pfizer, en el primer día del plan de vacunación de Reino Unido. William Shakespeare, que comparte el nombre con el escritor, ha sido el segundo.

Margaret Keenan, una mujer de noventa años de Reino Unido, y William Shakespeare, de 81, han sido las primeras personas del mundo en recibir la vacuna de Pfizer contra el COVID-19 fuera de las pruebas clínicas: "Me siento muy privilegiada de ser la primera en ser vacunada", dijo la señora mientras le inyectaban el compuesto delante de las cámaras.

Keenan fue madrugadora y recibió su dosis en el hospital local de Coventry, en el centro de la región de Inglaterra, pasadas las 06:30 de la mañana y apenas una semana antes de cumplir los 91, según informa Reuters.

"Este es el mejor regalo de cumpleaños adelantado que podría pedir porque significa que finalmente puedo pasar tiempo con mi familia y amigos en Año Nuevo, después de estar sola la mayor parte del año", ha declarado Keenan.

Reino Unido ha comenzado este martes a distribuir la vacuna de Pfizer y BioNTech contra el COVID-19, convirtiéndose en el primer país occidental en comenzar la inmunización de la población en general.

Keenan, Maggie para los amigos, es una joyera jubilada, retirada hace solo cuatro años. Tiene dos hijos y cuatro nietos.

William Shakespeare, el segundo

William Shakespeare, conocido como Bill, ha sido la segunda persona en recibir la inyección a sus 81 años. La coincidencia de su nombre con el del autor más reconocido de la historia de la literatura de Reino Unido ha suscitado numerosas bromas en las redes sociales, un claro guiño a lo histórico del momento que están viviendo los británicos.

Además de compartir el nombre, ambos Shakespeare son originarios de Warwickshire, un condado del centro de Inglaterra.

El país más golpeado

Reino Unido es el país europeo más golpeado por la pandemia del COVID-19, con más de 61.000 fallecimientos, pero el primer ministro, Boris Johnson, espera darle la vuelta a las cifras con la vacunación masiva con el compuesto de Pfizer, antes de que lo hagan Estados Unidos y la Unión Europea.

La inoculación masiva servirá también como inyección de optimismo al mundo, que podría haber empezado a dominar la pandemia que ha destrozado economías y matado a más de 1,5 millones de personas. El almacenamiento a temperaturas bajo cero y la complicada logística va a limitar el uso de la vacuna, de momento.

Reino Unido ha comprado 40 millones de dosis de la inyección de Pfizer, una vacuna que requiere de dos aplicaciones, por lo que será suficiente para inmunizar a 20 millones de personas, casi un tercio de los 67 millones de británicos.

Durante esta primera semana se espera que estén disponibles 800.000 dosis, privilegiando a los ancianos en residencias y sus trabajadores, las personas de más de ochenta años y los trabajadores sanitarios de primera línea.

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