Corrimiento de tierra

Más de 160 muertos en una mina de Jade de Myanmar por un desprendimiento de tierra provocado por lluvias torrenciales

La avalancha de lodo sorprendió a los trabajadores, que extraían el mineral en condiciones totalmente precarias y sin seguridad pese a las lluvias torrenciales.

Más de 160 trabajadores han muerto sepultados por un desprendimiento de tierra provocado por las lluvias torrenciales que azotan el norte de Myanmar, la antigua Birmania.

Se encontraban extrayendo jade en precarias condiciones en el yacimiento más grande del mundo de este codiciado mineral, situado en Hpakant, una remota localidad situada en el estado Kachin.y que ya ha sido escenario de más deslizamientos, el año pasado fueron 50 los mineros que murieron engullidos por el lodo.

Tragedias que ponen en relieve la peligrosidad del trabajo en estas minas del sudeste asiático, pero que forman parte de una industria que mueve ingentes cantidades de dinero.

La tragedia tuvo lugar en torno a las 08.00 hora local (01.30 GMT) cuando, en medio de una lluvia torrencial, una avalancha sepultó a un grupo de mineros, según ha informado el Departamento de Bomberos birmano en su página de Facebook.

Al menos 40 heridos

Hasta ahora han sido rescatados 162 cuerpos, mientras que 40 han resultado heridos. Phoe Htoo, jefe de un grupo de voluntarios trabajando sobre el terreno dijo a Efe que "hay un pedazo de tierra cerca del lugar del suceso que podría colapsar en cualquier momento, por lo que cuanto más trabajan equipos de rescate, más aumentan los riesgos".

No podemos recoger los cuerpos en el agua, ya que las condiciones son demasiado peligrosas"

Phoe Htoo, Jefe de voluntarios

"Además, algunos cadáveres están flotando en el agua por lo que no podemos recoger esos cuerpos, ya que las condiciones del terreno y del agua son demasiado peligrosas", ha agregado.

Birmania es el mayor productor mundial de jadeíta, una preciada variedad de jade que se extrae principalmente en las montañas de Kachin y está especialmente codiciada en la vecina China, dónde van a parar la mayoría de las exportaciones.

La mayor parte de la extracción y comercio del jade procedente de Hpakant se produce en el mercado negro, por lo que no existen datos oficiales fiables, pero la ONG Global Witness reveló en 2015 tras una exhaustiva investigación la dimensión de un negocio multimillonario del que se benefician sólo unos pocos.

Negocio millonario

Según Global Witness, el valor total de la producción del jade birmano ascendió en 2014 a unos 31.000 millones de dólares (27.000 millones de euros), lo que equivalía al 48 % del PIB oficial del país y era 46 veces mayor que el gasto total del Gobierno en sanidad.

Entre los beneficiarios figuran organizaciones guerrilleras, señores de la guerra, narcotraficantes, empresarios o jerarcas militares como el exgeneral Than Shwe, al frente de la junta militar entre 1992 hasta su retiro en 2011, cuando Birmania se embarcó en una transición a lo que los uniformados denominaron una "democracia disciplinada" tras casi cinco decenios de dictadura castrense.

La líder de facto de Birmania y premio nobel de la paz, Aung San Suu Kyi, prometió que introduciría reformas en la industria del jade cuando tomó hace cuatro años tras su victoria electoral en noviembre de 2015, pero su Gobierno se ha mostrado incapaz de cambiar el sector.

Además, las minas de Hpakant se hallan en un territorio en el que tiene lugar de forma intermitente un conflicto armado entre el Ejército birmano y la guerrilla etnonacionalista del Ejército para la Indepdencia Kachin (KIA, siglas en inglés), que lucha por la autonomía del territorio y su etnia desde su fundación en 1961 y controla una franja de territorio junto a la frontera con China.

El conflicto se reactivó en 2011 tras un alto el fuego que había durado 17 años y, aunque las hostilidades han remitido en los últimos tres años, han desplazado a unas 100.000 personas de sus hogares y el Gobierno no ha logrado alcanzar un acuerdo de paz con la guerrilla.

Uno de los factores del conflicto es la disputa por el control de los abundantes recursos naturales del estado de Kachin, que además del jade cuenta con reservas de madera de teca, yacimientos de oro o recursos hidrológicos.

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