Disturbios por la muerte de Nahel

Más de mil millones de euros, la factura de una semana caótica y crítica en Francia

Mientras los disturbios van apagándose, Francia empieza a reconstruir y hacer cuentas. Calles arrasadas, paradas de transporte público hechas añicos... unos destrozos que en gran medida acabarán pagando los ciudadanos.

Más de mil millones de euros. Es la tremenda factura en daños que, según estima la patronal francesa, dejan este estallido de la 'banlieue' y la delincuencia que lo aprovechó en las más de 200 localidades afectadas.

"Con unos vecinos que no entienden nada, por qué sus calles están arrasadas y cosas que todos usan, destruidas", explica la televisión francesa. Echan cuentas en sus informativos y programas: miles de contenedores calcinados a 300 euros cada uno; las paradas de transporte público echas añicos, a 16.000. O la flota de autobuses urbanos de comunas como Aubervillers —por ejemplo— pasto de las llamas, más de dos millones y medio.

Y así, también colegios, polideportivos o piscinas que han sido objeto de la ira delincuente. Y unos 5.900 coches particulares que han ardido, uno tras otro, atacados sin piedad a base de cócteles incendiarios. Las aseguradoras se atreven a elevar el costa hasta los 280 millones de euros.

Alguno de los más de 200 comerciantes cuyos establecimientos han sido brutalmente saqueados lo califican directamente de "masacre". "Todo ha sido robado, hasta las cajas registradoras, antes de prenderle fuego para destruirlo", explica Geoffroy Roux de Bézieux, el presidente de MEDEF, la principal patronal francesa.

"No sé qué vamos a hacer, cómo pagar", se lamentan desde PYMES... de Marsella a Aimiens. Para ellos, para aliviar ese shock, el Gobierno ya ha anunciado ayudas extraordinarias. También duramente atacadas, 300 oficinas bancarias y 250 estancos.

Además, Roux de Bézieux advierte de que este cálculo no contabiliza la caída de ingresos del sector turístico por el impacto de las noticias sobre los incidentes "que han circulado por todo el mundo degradando la imagen de Francia". Reconoce que ya se han anulado reservas.

Para los comerciantes y autónomos afectados, pide que las aseguradoras cumplan su palabra de indemnizarles lo antes posible. Y a las autoridades, que aceleren los permisos de obras de reconstrucción o incluso algunas ayudas económicas puntuales.

"Al final es el ciudadano quien paga", reflexiona otro comerciante afectado. Porque —aunque las aseguradoras tendrán que apoquinar y se les urge oficialmente— parte de la factura la acabará pagando toda Francia, las arcas públicas. A los franceses, tras esta sacudida desde la 'banlieue', la más cara de todas hasta ahora, les tiembla hoy el bolsillo.

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