Visita un campo de refugiados
El mensaje del papa Francisco desde Lesbos: "No dejemos que el Mare Nostruum se convierta en un Mare Mortuum"
El pontífice ha visitado un campo de refugiados y lanzado una súplica ante la indiferencia de Europa frente al drama migratorio: "Detengamos este naufragio de civilización".
El papa Francisco ha regresado a la isla de Lesbos con el objetivo de dignificar a los refugiados ante la indiferencia de los países europeos. Allí, comienza a hacer ya demasiado frío y la visita del Pontífice ha traído algo de calor y comprensión. "Ha venido para ver cómo vivimos", afirmaba Joshue, migrante de tan solo 17 años, para quien esta visita trae "esperanza y fuerza".
Pocas veces se habían visto en la isla griega tantos coches oficiales y prelados, que han aguardado mientras Francisco recorría a pie el campamento, sin mascarilla, e intercambiaba alguna palabras con los refugiados, deteniéndose especialmente con los niños, que representan un 27% de los migrantes atrapados en Lesbos.
El mensaje del papa ha sido rotundo: "No dejemos que el Mare Nostrum se convierta en un desolador Mare Mortuum", ha suplicado el pontífice, que ha llamado a detener "este naufragio de civilización".
Las migraciones, ha afirmado el papa, "son un problema del mundo" y "una crisis humanitaria que concierne a todos", pero de la que nadie parece ocuparse, a pesar de que "están en juego personas, vidas humanas".
Francisco asimismo ha advertido de que "cierres y nacionalismos, cómo nos enseña la historia, llevan a consecuencias desastrosas" y ha criticado que "se delegue siempre a los otros la cuestión migratoria, como si a ninguno le importara y fuese sólo una carga inútil que alguno se ve obligado a soportar".
Así, ha conminado a no mirar hacia otro lado: "No escapemos rápidamente de las crudas imágenes de sus pequeños cuerpos sin vida en las playas", ha instado, recordando a los niños fallecidos en los naufragios en el Mediterráneo. "Tenemos que avergonzarnos", ha denunciado el papa, que también ha criticado "la indiferencia que mata" y los "egoísmos personales y nacionales".
Para Francisco, que ya estuvo en Lesbos hace cinco años, "poco ha cambiado sobre la cuestión migratoria" desde entonces: "En Europa sigue habiendo personas que persisten en tratar el problema como un asunto que no les incumbe". "Esto es trágico", ha sentenciado.