Obliga a las personas a dejar sus casas
Las migraciones climáticas, un drama silencioso que ya representa el 75% de los desplazamientos
Pese al aumento de las migraciones climáticas, no hay consenso a la hora de definir al migrante climático, ni políticas estandarizadas. En 2020 se batió récord: 40,5 millones de desplazamientos internos.
La isla de Kiribati, en el Pacifico, es un estado independiente. Sin embargo, su Gobierno ya ha comprado terreno a otro país, a Fiji. Y es que el aumento del nivel del mar está obligando a su población a huir de su hogar. Esto es lo que se conoce como migración climática.
En este sentido, Javier García Raboso. Responsable de Paz y DDHH en Greenpeace, señala que "los efectos del cambio climático se distribuyen por todo el planeta, de forma desigual, pero no hay lugar que sea seguro para determinadas situaciones".
En los últimos meses, muchos han sido los ejemplos de esto por todo el mundo: "Existen incendios de alta intensidad como los de California, los incendios que vimos el año pasado en Australia, las olas de calor en Canadá o las inundaciones que han ocurrido Alemania", subraya García Raboso.
En África, el ciclón IDAE dejó en Mozambique 600.000 personas desplazados, y En Etiopia más de 70.000 por culpa de la sequia.
La mayor parte de los desplazamientos son internos. En 2020 se batió récord con 40,5 millones, de los que un 75% fueron motivados por cuestiones climáticas. "Pocas personas te dirán que se van porque hay sequía. Dirán que es porque hay una situación política conflictiva, porque hay desigualdades...", afirma al respecto Beatriz Felipe, investigadora de migraciones climáticas.
En la misma línea, Nuria Díaz, portavoz de CEAR, indica que "en muchos casos, en los países más empobrecidos, se mezcla con otros motivos de huida, como son los conflictos".
Esta situación les obliga a cruzar fronteras, aunque muchos no reconocen que ha sido el clima el origen del desplazamiento. Nuria Díaz afirma que "podrían considerarse refugiados". Sin embargo, "ahí donde está el mayor GAP, vacíos a nivel legal, en términos de protección".
Las organizaciones sociales insisten en que es imprescindible reconocer el fenómeno y dar protección a quienes la naturaleza obliga a abandonar sus hogares.