Terremoto de Turquía y Siria
Miles de personas siguen sin hogar un año después del terremoto de Turquía y Siria
12 meses después de los devastadores terremotos, apenas se ha construido el 15% de las viviendas prometidas por el gobierno turco y los campamentos oficiales están desbordados.
A punto de cumplirse un año de los terremotos de Turquía y Siria todavía queda un centenar de desaparecidos. Los familiares acusan al gobierno turco de esforzarse poco en la identificación de los cuerpos recuperados y el recuento de víctimas un año después, eleva los muertos a más de 60.000, lo que le convierte en el más mortífero después del de Perú de 1970, donde hubo 67.000 víctimas.
A esto se suma que todavía quedan miles de personas sin hogar y en los campamentos oficiales atendidos por el Gobierno se encuentran totalmente desbordados, en ellos se hacinan más de 700.000 personas que lo perdieron absolutamente todo en el terremoto.
"Hemos dado cantidad de cosas de primera necesidad y leche para bebés. Las madres no tienen leche porque el shock de la situación les ha dejado sin leche y están bebés tomando lo que les llega", lo que está provocando "problemas graves", tal y como ha comentado la vicepresidenta de la ONG Olvidados, Olga San Martín; que asegura que también han "calzado a 1.350 niños". También "hay muchísima gente que está o en un bosque o en la montaña" ha comentado .
Doce meses después de los devastadores terremotos, apenas se ha construido el 15% de las viviendas prometidas por el gobierno turco. Las necesidades son acuciantes especialmente para los niños y las mujeres.
Por su parte, la presidenta del comité de Emergencia Español, Sara Barbeira, asegura que "recuperar enseguida la educación es importantísimo o recuperar, por ejemplo, en las mujeres el tener unos ingresos mensuales". "Para ello están reactivando y financiando toda la comercialización del sector textil y también de la agricultura a través de cooperativas de mujeres", explica.
En eso se centran las labores de las ONGs del Comité de Emergencia español, que también siguen trabajando allí. Una emergencia humanitaria aún por resolver y que no debemos olvidar.