NO SE APLICARÁN REPRESALIAS

La ministra francesa considera "mucho más grave" el espionaje a los ciudadanos

El Gobierno francés, que ha denunciado el espionaje de que ha sido objeto por Estados Unidos según las revelaciones de Edward Snowden, ha indicado a través de su ministra de la Economía Digital, Fleur Pellerin, que lo más grave es la vigilancia generalizada de los ciudadanos puesta en evidencia.

Pellerin, hizo notar que el espionaje de la Unión Europea o de sedes diplomáticas de países europeos "no es una novedad" aunque "no es un acto amistoso por parte de una potencia amiga".

Para la ministra, de toda la cuestión de espionaje por parte de Estados Unidos considera más grave el dispositivo de vigilancia generalizada de la población, y no tanto a las sedes diplomáticas.

La titular francesa de Justicia, Christiane Taubira, se había mostrado particularmente dura en su reacción y habló de un "acto de hostilidad incalificable" si se demostraran las informaciones filtradas por Snowden.

En cuanto la posibilidad de aplicar represalias, como la suspensión de las negociaciones entre la UE y Estados Unidos para un acuerdo de libre comercio, la ministra socialista de Economía Digital pidió que por ahora no se mezclen los temas. "De un lado  hay una negociación comercial, un acuerdo de libre comercio, y del otro un escándalo de orden diplomático y político", argumentó. 

En cualquier caso, consideró que es "una buena ocasión" para lanzar una reflexión internacional sobre los lanzadores de alerta, una cuestión que por el momento "es una zona gris del derecho internacional público".

Más allá de las reacciones oficiales, muchos responsables políticos franceses subrayaron la gravedad de este espionaje, como la del diputado socialista Jean-Christophe Cambadélis, que exigió "suspender inmediatamente" las conversaciones comerciales" entre Bruselas y Washington.

Desde la oposición conservadora, el presidente de la Unión por una Mayoría Popular (UMP), Jean-François Copé, estimó que si las informaciones se demuestran, "mancharían" las relaciones transatlánticas, al tiempo que hizo notar la "ingenuidad" de los europeos. 

La líder de la extrema derecha francesa, Marine Le Pen, reclamó "inmediatamente el parón de las negociaciones" con Estados Unidos, aunque dudó de que el presidente francés, "se levante para defender la dignidad del pueblo francés o su libertad. La razón, según Le Pen, es que Hollande "en realidad es un dirigente de un gobierno técnico a las órdenes de la UE, que a su vez está a las órdenes de Washington".

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