El expresidente, imputado
El narcisismo y la capacidad de autoengaño de Trump, amenaza a los fundamentos de la democracia de EEUU
Donald Trump ha reaccionado malamente tras ser imputado por interferir en los resultados electorales y por su papel en el asalto al Capitolio. Demostrando una vez más el narcisismo y la tendencia al embuste, dicen los analistas.
El expresidente Donald Trump intentó influir a funcionarios para que pervirtieran los resultados de las elecciones en algunos estados durante los últimos comicios generales de Estados Unidos. El entonces mandatario norteamericano, ahora imputado, lo está porque sembró el germen de la desconfianza y agitó el avispero que acabó asaltando violentamente el Capitolio.
Recién celebradas las elecciones, el 3 de noviembre de 2020, brotaban sus acusaciones: "Histórica interferencia electoral"; acusaciones sobre el terreno de las sospechas que él mismo había abonado durante la campaña. "Están tratando de manipular las elecciones". Y viendo que todo caía en saco roto, Trump incitó a sus seguidores en lo que degeneraría en el aciago asalto al Congreso estadounidense.
Fue su intento desesperado para intentar impedir la ratificación de Biden como ganador de las presidenciales. El neoyorquino sabe ya que su juicio lo presidirá un hueso duro de roer: Tanya Chutkan, que ya ha juzgado —severamente— a algunos de los asaltantes trumpistas asaltantes. Pero Trump, en su línea, ha tardado cero coma en darle la vuelta a la noticia y aprovecharla para hacer campaña.
"¡Gracias a todos! ¡Nunca había tenido tantos apoyos! Esta imputación sin precedentes de un presidente (muy exitoso)... ha abierto los ojos al mundo acerca de la corrupción, el escándalo y el fracaso que son los tres últimos años de Estados Unidos", ha expresado a través de su red social 'Truth', la que él mismo puso en marcha para dar pie a toda esa maquinaria propagandística que no ha frenado.
Cuadra todo esto en su peculiar idiosincrasia. "Soy un espécimen fisiológicamente perfecto... Mi vida entera ha sido ganar", ha llegado a afirmar en varias ocasiones. La realidad es bien distinta: "Trump tiene un narcisismo desmesurado que lo abarca todo. Y además, es multimillonario y controla medios", ha indicado en Al Rojo Vivo la profesora de Ciencias Políticas de la UCM Ruth Ferrero.
Pese a todo, se muestra convencido de que volverá a la Casa Blanca para liderar la todavía primera potencia mundial.