Informe ante la COP28
La ONU avisa de que 2023 acabará como el año más caluroso de la historia y bate récords de CO2 y deshielo
A falta de los datos de los dos últimos meses del año, 2023 será el más cálido jamás registrado, mientras los gases de efecto invernadero baten todos los récords y el mundo registra una subida del nivel del mar sin precedentes.
2023 no solo va camino de ser el año más cálido del que se tienen registros, sino que también batirá récords en concentraciones de gases de efecto invernadero y retroceso del hielo de la Antártida. Así lo ha advertido este jueves la Organización Meteorológica Mundial (OMM) en el arranque de la cumbre del clima COP28 en Dubái.
La OMM ha publicado un informe provisional que reitera todos los indicios negativos que ya se venían advirtiendo en un año "con fenómenos extremos que han dejado un rastro de devastación y desesperación". "Las concentraciones de gases de efecto invernadero baten todos los récords, las temperaturas globales alcanzan marcas históricas, la subida del nivel del mar no tiene precedentes y la extensión del hielo marino de la Antártida nunca antes fue tan baja", ha resumido su secretario general, Petteri Taalas
Así, la agencia de la ONU da por seguro -a falta de los datos de noviembre y diciembre- que 2023 será el año más cálido de los últimos 174 en los que constan observaciones. Hasta octubre, la temperatura media se situaba 1,4 grados por encima del periodo preindustrial, cerca ya de los 1,5 grados establecidos como límite en el Acuerdo de París y muy por encima de los excesos de temperatura de los dos años más calurosos hasta ahora: 2016 (cuando se pasó de 1,29 grados) y 2020 (1,27).
"La diferencia es tan importante que, con toda probabilidad, los valores que se registrarán en los dos últimos meses del año no repercutirán en la clasificación", sostiene la OMM, cuyo informe incluso se aventura a predecir que 2024 será aún más cálido que 2023, ya que este año ha comenzado a influir en el clima global el fenómeno de El Niño, asociado normalmente a aumentos de temperaturas, que suelen ser aún mayores en el segundo año tras su comienzo.
"Debería estremecer a los líderes mundiales"
Un panorama ante el que el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha señalado que este dato, junto a los desastres meteorológicos que se han vivido este año, "debería estremecer a los líderes mundiales". "Debería forzarles a actuar, porque tenemos la hoja de ruta para limitar el aumento de las temperaturas globales a 1,5 grados y evitar lo peor del caos climático", ha señalado en un mensaje de vídeo durante la presentación de los datos de la OMM.
Por su parte, Taalas ha aseverado ya no está al alcance de la humanidad regresar al clima del siglo pasado, pero hay que seguir trabajando para evitar que empeore. "No podemos volver al clima del siglo XX, pero debemos actuar ahora para limitar los riesgos de un clima más inhóspito en este siglo y los venideros", ha advertido. "Corremos el riesgo de perder la oportunidad de salvar nuestros glaciares y frenar el aumento del nivel del mar", ha alertado asimismo.
Concentración de gases y deshielo
Lo cierto es que la OMM asimismo apunta en su informe que 2023 también superará los récords históricos de concentración de gases de efecto invernadero de 2022, cuando ya fue un 150% superior a la era preindustrial en el caso del dióxido de carbono. La concentración de metano medida en 2022 fue un 266% superior y la de óxido nitroso un 124%, unos niveles queya se han superado este año en mediciones en estaciones meteorológicas estratégicas como las de Mauna Loa (Hawái) o Tasmania (Australia).
Otros récords preocupantes, ya confirmados, se han medido en los polos: la Antártida alcanzó un mínimo histórico en la extensión de su hielo marino con apenas 1,79 millones de kilómetros cuadrados en febrero, la cifra más baja desde que empezaron a realizarse mediciones satelitales en 1979.
Datos igualmente inquietantes se registraron en el Ártico, donde el valor mínimo de extensión en el año (4,23 millones de kilómetros cuadrados en septiembre) fue el sexto más bajo jamás registrado, o en los Alpes europeos, donde las mediciones en Suiza son catastróficas: en solo dos años sus glaciares han perdido el 10% de su volumen.
El informe, elaborado con vistas a presionar al mundo para aumentar sus esfuerzos de reducción de emisiones en Dubái, también alerta sobre una subida del nivel del mar sin precedentes, relacionada precisamente con la fundición de glaciares y masas de hielo. Entre 2013 y 2022 la subida media de los océanos ha sido de 4,72 milímetros por año, más del doble de la que se registraba en los 10 años anteriores, de 2,14 milímetros por año.
El año 2023 también ha batido récords de temperatura de la superficie del mar, superando ampliamente las plusmarcas anteriores, con "valores excepcionalmente altos en el Atlántico Norte oriental, el golfo de México y el Caribe", de acuerdo con el informe.
Catástrofes por el cambio climático
La OMM recuerda que estos valores de récord han estado acompañados en 2023 por fenómenos climáticos extremos que han causado grandes pérdidas económicas y humanas, como las inundaciones que el ciclón Daniel causó en Grecia, Bulgaria, Turquía o Libia. En ese último país, las crecidas causaron la rotura de dos embalses y arrasaron la ciudad costera de Derna, dejando unas 4.300 víctimas mortales y 8.500 desaparecidos, una de las peores catástrofes relacionadas con el cambio climático del año.
En febrero y marzo, el ciclón tropical Freddy, uno de los de más larga duración y recorrido nunca antes registrados -se originó en las costas occidentales australianas y arrasó las del sur de África Oriental, al otro lado del Índico-, causó cientos de muertos en países como Malaui, Mozambique, Zimbabue o Madagascar.
Europa y Magreb vivieron grandes olas de calor en julio, por ahora el mes más caluroso del que se tiene registro histórico, en el que los termómetros llegaron a marcar 48,2 grados en Italia, 49 en Túnez, 50,4 en Marruecos o 49,2 en Argelia.
Los incendios en Canadá , las sequías en el Cuerno de África y en Latinoamérica y otros muchos fenómenos extremos completan el desolador panorama de un año en el que las repercusiones socioeconómicas se notaron en la inseguridad alimentaria, el aumento de los "refugiados climáticos" o los crecientes conflictos por los menguantes recursos.