Magnicidio en Japón

La Policía reconoce que hubo fallos de seguridad que permitieron el asesinato del exprimer ministro de Japón Shinzo Abe

Afirman que no contaban con "ningún indicio" que apuntaran al posible ataque, frente a una estación de trenes de Nara.

La policía japonesa ha admitido que hubo fallos en el dispositivo de seguridad desplegado en el acto electoral de la víspera donde fue asesinado el ex primer ministro nipón, Shinzo Abe. "Teniendo en cuenta un resultado tan grave, entendemos que hubo problemas en la seguridad", ha dicho en rueda de prensa Tomoaki Onizuka, el jefe de la policía de la prefectura de Nara, donde tuvo lugar el atentado contra el político japonés mientras ofrecía un mitin en plena calle.

"Identificaremos de forma inmediata el problema y tomaremos las medidas apropiadas", dijo el responsable policial sobre el dispositivo de seguridad de Abe, que ha sido criticado por insuficiente y por permitir que el agresor se aproximara al político y sacara un arma para dispararle en dos ocasiones por la espalda. Señaló que el problema pudo haber estado en "el posicionamiento, plan o respuesta de emergencia, o en las capacidades individuales de un agente", factores que serán analizados junto a otros.

El jefe de la policía regional también afirmó que no contaban con "ningún indicio" que apuntara al posible ataque en el lugar de los hechos, frente a una estación de trenes de Nara. Explicó asimismo que el despliegue específico para el mitin de Abe fue aprobado por la policía local el día anterior del evento, que fue cuando se confirmó la asistencia del político, y puntualizó que se hizo en base a los protocolos de seguridad nacionales.

Declaración del asesino: vincula a Shinzo Abe con un grupo religioso

El autor del asesinato, Tetsuya Yamagami, eligió al político por "fomentar a un grupo religioso que acabó arruinando a su madre debido al exceso de donativos que ella les entregaba", han informado este sábado fuentes próximas a la investigación a la agencia oficial de noticias japonesa Kyodo. Ha confesado que su primera intención era la de matar al líder de ese grupo, cuyo nombre no ha sido especificado, bajo la falsa suposición de que estaba acompañando al ex primer ministro durante el discurso que estaba dando en la ciudad de Nara en el momento del ataque.

Yamagami, exmilitar de 41 años, ha reconocido que había visitado repetidamente otros lugares donde Abe había pronunciado discursos de campaña antes de las elecciones de este próximo domingo a la Cámara de Consejeros, la cámara baja de la Dieta japonesa. Ha puntualizado que en ningún momento atacó a Abe por sus creencias políticas, frente a las primeras informaciones que apuntaban a que el ex primer ministro fue asesinado por un individuo contrario a sus ideas conservadoras y nacionalistas.

Bajo índice de criminalidad en Japón

Abe fue tiroteado mientras ofrecía un discursoante decenas de ciudadanos que le rodeaban sin ninguna barrera física ni gran despliegue de seguridad aparente, pese a tratarse de uno de los políticos más conocidos del país. El dispositivo de seguridad en estos casos es mínimo a simple vista y en comparación con otros países, debido a que Japón cuenta con uno de los índices de criminalidad más bajos del mundo desarrollado.

Ninguno de los agentes presentes pudo detener a tiempo alagresor de Abe, quien se aproximó al político por detrás caminando a paso lento antes de sacar de una bolsa su arma de fabricación casera y abrir fuego en dos ocasiones contra él, tal y como puede verse en lasimágenes que se viralizaron. El sospechoso fue inmovilizado tras disparar su arma, y posteriormente detenido. Onizuka subrayó la "urgente necesidad de clarificar todo el caso" a través de la investigación de las autoridades sobre un suceso que calificó de "extremadamente bárbaro e imperdonable".

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