OTRO POLÉMICO EPISODIO
El presidente de Filipinas promete que no volverá a decir palabrotas porque se lo ha pedido dios
Rodrigo Duterte, presidente de Filipinas, ha asegurado durante un discurso que no volverá a decir palabrotas porque, durante un vuelo, ha mantenido una conversación con dios y este le ha dicho: "si no paras, derribaré este avión".
El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, ha asegurado que no va a volver a decir palabrotas porque así se lo ha prometido a "dios" en una conversación que ambos mantuvieron cuando estaba volando en un avión, según ha informado la cadena de televisión ABS-CBN.
"Yo estaba mirando al cielo cuando venía hacia aquí. Estaban todos dormidos roncando", ha relatado el mandatario filipino, en un discurso en su ciudad, Dávao, en el que ha desglosado la conversación que dice haber mantenido con Dios. "Una vez me ha dicho: 'Si no paras, derribaré este avión'", ha contado.
"Y yo le he dicho:¿Quién es? Por supuesto que era dios. Por ello, le he prometido no expresar palabras malsonantes ni palabrotas", ha relatado. "Escúchenme ahora chicos porque una promesa a dios es una promesa al pueblo filipino", ha añadido.
Duterte ha señalado que no siempre ha utilizado palabras malsonantes y ha abogado por intentar ser equilibrado con el lenguaje. "Siempre hay un momento para ser malhablado. No me gusta que nadie me lea la mente. Todo está calibrado, depende del momento. Tengan cuidado con una cosa, que es lo que he aprendido, los errores de cálculo", ha afirmado.
En los meses que lleva como presidente del país, Duterte ha protagonizado varios episodios polémicos por sus críticas e insultos a otros dirigentes internacionales, como cuando llamó "hijo de puta" al presidente de Estado Unidos, Barack Obama, lo que derivó en la cancelación de la reunión que tenían prevista.
Desde la llegada a la Presidencia, Duterte ha llevado a cabo una guerra contra las drogas que ha supuesto la muerte de más de 3.000 personas por su supuesta relación con el tráfico de drogas o el consumo de estupefacientes, una campaña criticada por organizaciones defensoras de los Derechos Humanos y varios países occidentales.