Barnier avisa
El primer ministro francés no descarta subir los impuestos a los ricos: "La situación es muy grave"
Michel Barnier ha alertado de que Francia está "en una situación muy grave" con una deuda pública de más de tres billones de euros, y ha asegurado que no subirá los impuestos "a las clase modesta o media", aunque no descarta hacerlo a los ricos.
El primer ministro francés, Michel Barnier, ha alertado este domingo de que su país está "en una situación muy grave", con una deuda pública de más de tres billones de euros, ha declarado que no descarta subir los impuestos a los ricos, y ha defendido que hay que garantizar la credibilidad ante los mercados.
"No voy a aumentar todavía más los impuestos al conjunto de los franceses que ya pagan más impuestos que todos los otros europeos", ha señalado Barnier en su primera entrevista tras el anuncio de la composición de su Gobierno el sábado, en el canal de la televisión pública 'France 2'. Así, ha añadido que no los subirá "ni a los más modestos, ni a las personas que trabajan ni a las clases medias", pero al mismo tiempo ha señalado que no va a "excluir que las personas más ricas participen al esfuerzo nacional que habrá que hacer".
Francia se encuentra en una situación financiera delicada, con un déficit público que subió el pasado año hasta el 5,5% del producto interior bruto (PIB), cuando lo previsto en el presupuesto era un 4,9%. En este sentido, el tesoro ha anticipado que este año Francia terminará el 2024 con un déficit del 5,6%, muy lejos del tope del 3% preconizado por las reglas europeas, y con una deuda del 112%.
El nuevo primer ministro conservador ha manifestado que dado que la mayor parte de la deuda francesa se emite en los mercados internacionales, y en manos de extranjeros, "hay que mantener la credibilidad de Francia".
La Comisión Europea abrió en julio a Francia un procedimiento por déficit excesivo y el Gobierno saliente se había marcado el objetivo de reducir el déficit al 3% del PIB en 2027, pero pocos consideraban creíble esa trayectoria, empezando por el gobernador del Banco de Francia, François Villeroy de Gallois, que apostaba por un plazo más largo.
Barnier ha recordado ahora que, como había dicho una vez que asumió las funciones el 5 de septiembre, no quiere "agravar la deuda fiscal ni ecológica", lo que significa, a su juicio, que "hay que hacer un esfuerzo colectivo para controlar el gasto público", lo que pasa por hacerlo más eficaz y evaluar.