Un destino peculiar
¿Se puede viajar a Turkmenistán por libre?
Un país rico por sus reservas de gas, pero con poca promoción turística. Turkmenistán tiene muchas, muchísimas restricciones, también a la hora de viajar. Si te estás planteando viajar a esta zona de Asia Central, lee con atención.
Entre Uzbekistán, Afganistán, parte de Kazajistán e Irán se encuentra Turkmenistán, un país de unos 480.000 kilómetros cuadrados en los que viven poco más de 6,5 millones de personas. Entre los países con menos turistas del mundo, recibe en torno a 10.000 personas al año —poco más de 8.000 en 2007; más de 14.000 en 2019, según diferentes fuentes—, aunque las cifras son difíciles de confirmar, teniendo en cuenta que la página web oficial del Ministerio de Turismo turkmeno no funciona, como ocurre con otros sites institucionales.
En el último programa de Enviado Especial, 'El régimen del gas', un equipo de periodistas viaja hasta el país de Asia Central y allí comprueba que las calles de Asjabad, la capital de Turkmenistán, están prácticamente vacías. También lo está el monumento a la Independencia, en una inmensa plaza de la ciudad, donde no se ve a nadie. "Por la tarde, aquí hay mucha gente", explica el traductor al equipo de Jalis de la Serna. "En 2018, teníamos un total de extranjeros de 150", añade, lamentando la poca información que hay del país. "La gente no sabe qué esperar de Turkmenistán", explica, definiéndolo como un país "muy bonito" y "tranquilo" al que le "falta publicidad".
¿Pero puede un viajero cargar su mochila a la espalda y hacer una escapada por este país? No sin ciertas dificultades. Si se hace una búsqueda rápida en internet, se puede ver que, a diferencia de lo que ocurre con otros destinos, como Corea del Norte, sí existe la posibilidad de comprarse un billete a Turkmenistán —no hay vuelos directos entre España y Turkmenistán, pero un vuelo entre Madrid y Asjabad, por ejemplo, puede oscilar entre los 1.000 y los 1.500 euros. Ahora bien, para entrar en el país es obligatorio tener visado, y aquí empiezan las dificultades.
En España no hay embajada turkmena —y para los españoles allí opera la embajada de Rusia, en Moscú— ni tampoco consulados acreditados, por lo que hay que dirigirse a las legaciones diplomáticas más cercanas: París, Roma o Londres. Aunque Portugal sí tiene embajador turkmeno acreditado, su residencia está en la capital de Francia. Desde el Ministerio de Exteriores español explican que si bien "es posible obtener un visado de 10 días en la oficina consular del aeropuerto internacional de Asjabad", para ello es necesario tener una "invitación legalizada (original y copia) por las autoridades turkmenas". "En realidad, esto es prácticamente imposible porque las compañías aéreas no aceptan a ningún pasajero con destino a Turkmenistán que no lleve su correspondiente visado", apuntan.
En busca del visado a Turkmenistán
Los visados (y las invitaciones) son responsabilidad del Servicio Estatal de Inmigración y para tener la posibilidad de entrar en el país hacen falta una de las dos: el visado se puede conseguir al contratar un paquete turístico de una agencia especializada; la invitación, a través de "un particular, alguna empresa o de una institución oficial turkmena". En este escenario, el visado se presenta como la opción más factible. Lo primero es, pues, localizar una agencia de viajes que trabaje con Turkmenistán —en la página web de la Embajada turkmena en Londres, por ejemplo, tienen un listado con sus 17 opciones, todas ellas con sede en la capital turkmena— para que ellos gestionen la carta de invitación que sirve luego como base para que la Embajada emita la visa.
Pero además de esta carta de invitación, es necesario rellenar un formulario con datos personales (incluida la profesión y el estado civil) y presentarlo junto a una fotografía reciente, una copia del pasaporte con validez de al menos seis meses y el comprobante de pago de la tasa del visado (en Londres es de 50 dólares por un visado de una sola entrada para 10 días, más 15 dólares por gastos de gestión, todo ello pagado en libras esterlinas) y, sólo en el caso de que se quiera recibir el pasaporte en el domicilio, un sobre con la dirección y un sello (o el envío prepagado) para poder enviarlo.
Todo esto, señalan, tarda unos 10 días en ser procesado, aunque si se paga un poco más se puede obtener el visado en unos tres días. Eso sí, al menos desde la Embajada turkmena en Londres señalan que las solicitudes de visado han de presentarse "en persona" en la sección consular de la legación.
Desde el Centro Universitario Internacional para Europa del Este y Asia Central (CUNEAC) añaden a estos requisitos la presentación de documentación del seguro de viajes contratado para el viaje, aunque en Exteriores no aparece como requisito imprescindible. Eso sí, en Exteriores lo que sí recomiendan es solicitar el visado con cierta antelación, porque su concesión puede "demorarse entre tres y cuatro semanas".
Ahora bien, para poder visitar 'por libre' en Turkmenistán hasta antes de la pandemia hacía falta un visado de tránsito: el coste es de 10 dólares, se presenta en el mismo lugar y además de toda la información que se requiere para el visado, es imprescindible presentar las fechas exactas de llegada y salida del país, con un máximo de cinco días de tránsito, y una ruta detallada indicando las ciudades limítrofes (puntos de entrada y salida). El visado de tránsito exige que la entrada y salida sea por puntos diferentes, aunque no por el hecho de solicitarla siempre es aceptada. Entre 2015 y 2018, la tasa de rechazo de visados de tránsito fue del 50%, según indican desde 'Caravanistan'. En este mismo blog aseguran que aunque se han reabierto las fronteras después de la pandemia, siguen sin darse visados de tránsito.
¿Guía obligatorio en todo momento?
Desde Exteriores recuerdan que el turismo está "poco desarrollado" en Turkmenistán y apuntan que si bien sí "se puede viajar fuera de la capital sin guía", se recomienda "encarecidamente" el uso de los servicios de una agencia de viajes y la estancia en hoteles. Ahora bien, muchas de las agencias especializadas insisten en que es obligatorio estar en todo momento con un guía turístico con licencia. El turoperador Advantour, especializado en los países de la Ruta de la Seda, asegura que "no se permiten viajes independientes" en el país, por lo que el viajero ha de estar acompañado "en casi todo momento" por un guía autorizado.
"La mayoría de estos acompañantes realmente sirven como un puente de incalculable valor hacia la cultura, un intérprete hábil y un guía experimentado a través de la naturaleza infinita" que, aseguran, es el principal peligro de los turistas, especialmente el calor y la vida silvestre, más que "los actos criminales humanos". Desde Saiga Tours explican que todo turista debe tener un operador turístico que se haga responsable de él. "En Asjabad no es necesario que esté el guía físicamente contigo, pero fuera de la capital el guía debe acompañarte", explican.
Andre y Lisa, viajeros y autores del blog de viajes 'We will nomads' sostienen que si bien "el turismo es bienvenido", la exigencia de estas visitas guiadas, bastante costosas, es el principal obstáculo a la hora de viajar a Turkmenistán, junto a la continua presencia de policías y militares que "vigilan" cada uno de los movimientos de los turistas y prohíben fotografiar incluso objetos mundanos. Todo esto "hace de Turkmenistán el menos amigables de los 'istán'".
Los hoteles de Turkmenistán, sin posibilidad de reserva 'online'
El hotel con más reseñas en Tripadvisor, por ejemplo, no llega a las 300, y no tiene puntuaciones muy altas. El mejor valorado, un hotel balneario de cinco estrellas, tiene poco más de 200 comentarios. En ninguno de los dos casos es posible saber el precio o la disponibilidad sin ponerse en contacto directamente con el establecimiento. El precio de las habitaciones es bastante europeo; es posible encontrar camas en hostales por unos 10 dólares la noche, pero las habitaciones rondan entre los 70 y los 150 dólares por noche.
Pero lo cierto es que con un visado de turista, tú no reservas ningún hotel, lo hace el turoperador. De hecho, la mayor parte de los hoteles no tienen opción de reserva online, tal y como explican Steven y Saule, la pareja detrás del blog 'Caravanistan', con información de viajes de varios países de Asia Central y la Ruta de la Seda. El 'coachsurfing' —el alojamiento compartido— "probablemente sea ilegal en Turkmenistán", explican en su blog, y en el improbable caso de conocer a alguien en el país que pueda ofrecer alojamiento, recomiendan no hacerlo o hacerlo de manera muy limitada. "Recuerda que están siendo vigilados y le puedes generar serios problemas, y también al operador responsable del turista".
Las "zonas prohibidas" de Turkmenistán
Sobre restricciones de viaje, en Saiga Tours aseguran que "realmente" no existen restricciones como tal. Aunque, matizan, "como en la mayoría de países", no se pueden visitar bases militares u otras instalaciones gubernamentales, amén de que existen "restricciones en la frontera". No obstante, desde Exteriores recuerdan que sí hay "zonas de acceso restringido para extranjeros". Ni la capital, ni el puerto de Turkmenbashi (en la costa del Caspio) ni la ciudad antigua de Merv (Mary) están dentro de estas zonas restringidas, como sí lo están las fronteras con Irán, Uzbekistán o Afganistán y otras zonas de la costa del Caspio.
También está prohibido visitar la ciudad de Daşoguz, cerca de la frontera con Uzbekistán, a unos 100 kilómetros de donde se encuentra el complejo de Kunya-Urgench, un impresionante espacio con mausoleos, mezquitas y fortalezas de arquitectura islámica declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO. También en Daşoguz se encuentra una prisión femenina construida en tiempos de la URSS que, según la ONU, ya en 2010 albergaba a más de 2.000 mujeres, aunque está diseñada para mantener recluidas a unas mil.
Eso sí, mil ojos están pendientes continuamente de los movimientos de cualquier persona en cualquier lugar, amén de que en muchos espacios, incluso en puntos como la capital, está prohibido tomar fotografías.
Los caramelos turísticos de Turkmenistán
Uno de los puntos de Turkmenistán mejor vendidos a nivel turístico es el conocido como 'Las puertas del infierno'. Se trata del cráter de gas Darwaza, ubicado en pleno desierto de Karakum a unos 260 kilómetros al norte de la capital. Si has conseguido entrar como turista en el país adquiriendo un paquete turístico, es bastante probable que puedas visitar este cráter, que hasta hace no mucho tiempo había estado completamente descuidado por parte del Gobierno. Si el paquete contratado ya viene con visita incluida, listo; si no, siempre se puede revisar algún otro servicio para visitar 'Las puertas del infierno', aunque el precio mínimo es de unos 150 dólares diarios (y recomiendan dormir allí, para disfrutar del cráter de noche).
Otra de las visitas imprescindibles, según indican todos los turoperadores que trabajan en la región, es la visita al complejo de Kunya-Urgench que, como parte de un viaje organizado, puede llegar a costar unos 500 dólares. También en la capital de Turkmenistán se encuentran algunos sitios recomendables para visitar, como la noria cubierta más grande del mundo —a la que el equipo de Enviado Especial no pudo entrar—, con uno de los muchos Récord Guiness que ostenta la ciudad: además del de la noria, tienen la mayor estrella arquitectónica del mundo (a las afueras de la ciudad), el edificio más grande con forma de caballo o el mayor número de edificios de mármol blanco.