Accidente de Chernóbil
Qué pasó en Chernóbil
En la madrugada del 26 de abril de 1986, la explosión de un reactor marcó un antes y un después en la historia.
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La mayor catástrofe nuclear de la historia. Esto es lo que se esconde tras Chernóbil, una palabra que vuelve a parecer en la esfera mediática cuando suenan las alarmas de alguna central nuclear. Aquel 26 de abril de 1986 ha dejado huella en la historia del mundo.
El epicentro de aquel fatídico accidente ocurrió en su sala de control número 4. En la madrugada del 26 de abril de 1986, cuando una cadena de errores humanos y fallos de diseño desencadenó el mayor accidente nuclear de la historia. A día de hoy, el mayor período de tiempo que se puede permanecer en esa habitación es de cinco minutos, según recoge Efe.
El día de la explosión, los cuatro reactores RBMK operativos, o reactores de condensador de alta potencia, suministraban el 10 % de la energía eléctrica de Ucrania. El futuro de la planta en aquel entonces era, cuanto menos, prometedor: se iba a ampliar su capacidad con hasta ocho reactores más para convertirse así en la instalación nuclear más potente de Europa. La fiabilidad de este tipo de reactores para las autoridades soviéticas estaba fuera de toda duda. Así lo confirma a Efe Vladímir, un ingeniero de 55 años que trabaja en la central: “Se pensaba que este tipo de reactor era tan seguro que era imposible que estallase”.
Sin embargo, las teorías de las autoridades fracasaron. La explosión esparció el equivalente a 500 bombas atómicas como la lanzada en Hiroshima en 1945. En total, 31 personas murieron en el momento del estallido del reactor y miles quedaron afectadas por la radiación y la contaminación. Sí, explosión. Con todas sus letras, aunque algunos todavía se siguen refiriendo al incidente bajo el término "incendio", confiesa Ana Korolevska, una historiadora que lleva 28 años al frente del Museo dedicado a la catástrofe a la agencia. O mejor dicho, trabajada. La guerra en Ucrania ha paralizado el museo de la central nuclear.
Antes de que esto ocurriera, 2.800 operarios trabajaban en la central nuclear. Muchos de ellos llegan cada día en tren desde Slavutich, una ciudad dormitorio que fue levantada en su momento para albergar a los evacuados y los involucrados en las labores de liquidación. La realidad es que no había reactores funcionando en la central. Los miles de empleados que acudían a diario se dedicaban a su desmantelamiento paulatino, al almacenaje de combustible radiactivo y al mantenimiento de las instalaciones. Tal y como estaba previsto, la limpieza nuclear se completaría en 2065.