Permitiría abortar hasta las 12 semanas
San Marino vota un referéndum sobre la legalización del aborto, hasta ahora totalmente prohibido
En la actualidad, el aborto en San Marino conlleva una pena de hasta tres años de prisión para la mujer y de seis años para el médico que realiza el procedimiento.
La pequeña república de San Marino ha iniciado un referéndum sobre la legalización del aborto, una cuestión muy controvertida en el pequeño estado, de fuerte tradición católica. En total, 35.411 votantes han sido llamados a las urnas, de los cuales un tercio lo harán en el extranjero.
Los activistas esperan que esta pintoresca república, situada en la ladera de una montaña en el centro de Italia, se alinee con la mayor parte de Europa en el levantamiento de lo que actualmente es una prohibición absoluta de interrumpir un embarazo.
Sin embargo, la influencia de la Iglesia católica en San Marino sigue siendo muy fuerte, y el papa Francisco reiteró la semana pasada su posición inflexible afirmando que el aborto es "un asesinato".
Junto con Malta, Andorra y el Vaticano, San Marino es uno de los últimos lugares de Europa en el que sigue vigente una prohibición total del aborto, incluso en casos de violación o incesto, de graves daños al feto o de riesgo para la vida de la madre.
Este referéndum ha sido iniciado por la Unión de Mujeres de San Marino (UDS), y se pregunta si se debe permitir o no el aborto hasta las 12 semanas de embarazo. A partir de la duodécima semana, el aborto solo se permitiría si la vida de la madre estuviera en peligro o en caso de anomalías fetales que pudieran perjudicar a la mujer física o psicológicamente.
A falta de sondeos de opinión, el resultado de la votación es muy incierto. "Esperamos ganar. La mayoría de los jóvenes están de nuestro lado, porque es un tema que afecta directamente a sus vidas", explica Francesca Nicolini, una doctora de 60 años y miembro de la UDS que cataloga como "inaceptable tratar de criminales a las mujeres que se ven obligadas a abortar".
En la actualidad, el aborto conlleva una pena de hasta tres años de prisión para la mujer y de seis años para el médico que realiza el procedimiento. Sin embargo, nunca se ha condenado a nadie, ya que las mujeres que deciden abortar suelen viajar a Italia, donde es legal desde hace más de 40 años.
La oposición a la despenalización del aborto es fuerte, liderada por el gobernante Partido Demócrata Cristiano, estrechamente vinculado a la Iglesia católica. Precisamente esta formación ha llamado a votar "no" para "defender el derecho a la vida".
El obispo de San Marino-Montefeltro, Andrea Turazzi, señaló que la iglesia está "decididamente en contra", recordando las palabras del papa Francisco la semana pasada.