Guerra en Ucrania

Scholz, Macron y Draghi, testigos del horror vivido en Irpin y Bucha en su viaje a Ucrania

Los tres líderes europeos se reúnen con el presidente de Ucrania y muestran con su viaje "un mensaje de unidad europea a los ucranianos".

El canciller alemán, Olaf Scholz, el presidente francés, Emmanuel Macron, y el primer ministro italiano, Mario Draghi han llegado a Kiev en medio de las alertas antiaéreas resonando en la capital ucraniana. Todos ellos han viajado durnate diez horas en un mismo tren desde la frontera polaca hasta Kiev.

El corresponsal en Kiev de la cadena alemana 'ntv' ha indicado que aunque es habitual en Kiev oír la alarma antiaérea unas dos o tres veces al día, ahora llevaba 48 horas sin activarse.

La alarma ha estado sonando prolongadamente y ha obligado a los mandatarios europeos a permanecer en el hotel a la espera de que dejase de sonar. Este contratiempo ha causado un retraso en la agenda de los tres líderes, que tenían previsto pasar sólo brevemente por el hotel.

Tras el pequeño incidente, los tres políticos han ido a Irpin, una ciudad cercana a la capital y uno de los lugares más machacados por el ejército ruso. En palabras de Macron, una ciudad que "es al mismo tiempo una localidad devastada y heroica".

El presidente francés ha señalado que Irpin, donde se hallaron casi 300 cadáveres de civiles tras el repliegue ruso, y otras áreas cercanas a la capital han sido escenario de crímenes de guerra.

Scholz, Macron y Draghi se han reunido allí con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, con quien hablarán de la guerra y las aspiraciones ucranianas para entrar en la Unión Europea. Con su visita al país en guerra quieren dar un "mensaje de unidad europea a los ucraniano y ucranianas".

A la visita se unirá el presidente rumano, Klaus Iohannis, que viaja de forma separada desde Bucarest.

Ucrania espera un gesto simbólico fuerte de la UE

Este viaje tiene lugar en un momento clave, pocos días antes del Consejo Europeo de los próximos 23 y 24, en el que Ucrania espera un gesto simbólico muy fuerte de la Unión Europea.

Desde el Elíseo insisten en que hace falta encontrar "un equilibrio entre las aspiraciones ucranianas" y las de otros países candidatos al ingreso en la UE atascados en sus negociaciones, además de que "no hay que desestabilizar ni fracturar la UE".

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