El rastro de la dictadura
Los sirios buscan a sus familias en las morgues del hospital de Damasco: "Ahora todos los cadáveres están quemados"
El horror del régimen Decenas de cadáveres en descomposición y mutilados han sido localizados por los equipos de rescate que excavaban en busca de celdas ocultas en la prisión de Sednaya, conocida como el 'matadero humano' del régimen.
Con apenas la luz que generan los teléfonos móviles, los sirios intentan identificar los restos de sus familiares, en medio del horror, que supone rebuscar entre cuerpos mutilados. Hombres y mujeres examinaban los cuerpos desfigurados que yacían en la oscura morgue de un hospital de la capital siria de Damasco en busca de sus familiares desaparecidos en las cárceles inhumanas del régimen de Bashar Al Assad.
Decenas de cadáveres -ennegrecidos, en descomposición y sin extremidades ni cabeza- han sido localizados por los equipos de rescate que excavaban en busca de celdas ocultas en la prisión de Sednaya, conocida como el 'matadero humano' del régimen. Son cadáveres que fueron hallados en esta prisión, concretamente en celdas ocultas bajo tierra y que simbolizan la persecución, represión y tortura del régimen de un tirano.
"Están desfigurados, descuartizados; no podemos decir quién es quién", señalan en la morgue del hospital, afectado, como gran parte de Damasco, por los cortes de electricidad provocados en la lucha por la capital. A su alrededor, la gente gritaba o se tapaba la nariz por el hedor de los cadáveres. "¡Mira, su mano derecha ha desaparecido!", gritaba un hombre mientras miraba dentro de una bolsa. "¿Qué ha hecho mal toda esta gente para morir?", se lamentaba otro.
Ahora, en plena reconstrucción y negociaciones políticas de cómo repartirse el país, a las familias solo les preocupa encontrar a sus muertos. Rima Al Turk, cuyo hermano fue arrestado, sin cargos por las fuerzas del dictador sirio, expresa: "Este era el régimen que nos gobernaba".
Su hermano, Adnan, fue secuestrado en 2013 por el Servicio de Inteligencia de la Fuerza Aérea siria frente a la puerta de su casa. Ella dice que él no había hecho nada malo. "Ahora todos los cadáveres están quemados. Cadáveres con las cabezas cortadas", afirma.
Once años después de aquella detención arbitraria, acude a la morgue del Hospital de Damasco, pero de momento no hay noticias de su familiar. "No encontramos el cuerpo de mi hermano", lamenta. Para esa difícil tarea, la de la búsqueda, les asiste el equipo forense del hospital. Zaher Al Taqash, médico forense del hospital de Damasco, ha explicado cómo intentan ayudar en esta labor, señalando que "hay características distintivas, un tatuaje, una herida...".
Esos son los detalles que tratan de buscar las familias en los tablones que exponen las fotos de los cadáveres encontrados y que ya están depositados en la morgue. "Con esas características distintivas sus familiares pueden identificarlos", añade Taqash. Mientras, estas familias todavía no pueden celebrar del todo la caída de 24 años de dictadura, porque aún han podido cerrar del todo sus heridas.