Decisión del Gobierno
Sudán ratifica de forma definitiva la ley que criminaliza la mutilación genital femenina
La mutilación genital femenina tenía en Sudán una tasa de prevalencia del 86,6%, según una encuesta realizada en 2014 por Unicef. Más de la mitad de las víctimas se concentra en Egipto, Etiopía e Indonesia.
El Gobierno de Sudán ha ratificado de forma definitiva una ley que criminaliza la mutilación genital femenina (MGF) en el país, una lacra que se estima afecta a casi una de cada diez sudanesas, como parte de una legislación más amplia de derechos humanos.
El Ministerio de Justicia informó este viernes en un comunicado de la aprobación de varias legislaciones, entre ellas la Ley de Enmiendas Misceláneas de Derechos y Libertades Fundamentales de 2020, tras ser firmadas ayer por el presidente del Consejo Soberano, general Abdelfatah al Burhan.
La Ley de Enmiendas Misceláneas "se ocupa de llevar a cabo una parte de las reformas mencionadas en el documento constitucional sobre derechos humanos y libertades, como rectificar los derechos de las mujeres y los niños", reza la nota del departamento.
Para ello, elimina una serie de cláusulas "que degradan el valor y la dignidad de las mujeres", optando por penalizar la mutilación genital femenina y reconocer el derecho de las mujeres a acompañar a sus hijos cuando viajan fuera del país, entre otros puntos.
El borrador aprobado por el Gobierno el pasado abril establecía una pena de tres años de cárcel para quien practique la MGF, además de la retirada de la licencia del hospital, centro de salud o clínica privada donde se haya llevado a cabo la operación, informaron entonces las autoridades.
Hay países en los que se sigue practicando la ablación pese a estar prohibida
De acuerdo con los resultados de una encuesta realizada en 2014 por Unicef, la mutilación genital femenina tenía en Sudán una tasa de prevalencia del 86,6%, mientras que en el mundo hay al menos 200 millones de mujeres y niñas que han sufrido esta resección total o parcial de los genitales externos por motivos no médicos.
Más de la mitad de las víctimas se concentra en Egipto, Etiopía e Indonesia, países en los que la ablación está prohibida por ley pero se sigue practicando de forma clandestina, a pesar de que las instituciones musulmanas y cristianas también se hayan posicionado contra ella recientemente.