La imagen de la tragedia y desesperación
El trágico final de Tala, la niña que murió con sus patines rosas en un ataque de Israel en Gaza: "No queremos guerras, mamá"
"Me suplicaba y me decía: 'Por favor, papá, déjame salir'. Me sentí mal porque quería jugar con las chicas", cuenta el padre de Tala sobre el terrible final de otra niña más a manos de Israel.
"Me suplicaba y me decía: 'Por favor, papá, déjame salir'. Me sentí mal porque quería jugar con las chicas": así narra Husam el trágico final de su hija Tala, asesinada por los bombardeos de Israel en Gaza. La niña solo quería salir a patinar a la calle, como cualquier otra niña que tiene unos patines rosas y ha muerto por dos bombas israelíes.Un sinsentido, como todo lo que ocurre desde hace meses en Gaza.
Esos patines rosas ahora es su padre quien los sostiene, manchados de sangre, como símbolo de este genocidio israelí contra los palestinos. Tal como cuenta Husam, él salió corriendo a la calle al escuchar la detonación ya que había dejado a su hija jugar con sus amigas del vecindario: "Cuando llegué al piso que había sido bombardeado, me la encontré entre los escombros".
Una imagen terrible que un padre ha tenido que ver. "En los últimos segundos de su vida, ella salió a jugar para divertirse, como el resto de niños del mundo", narra. Y es que él, en un principio, no quería que saliera a la calle, pero Tala, de tan solo 10 años, solo quería hacer lo que todo niño debería hacer: jugar sin miedo.
Y por un instante lo consiguió. Ella y sus patines rosas pudieron disfrutar de esa libertad hasta que dos explosiones acabaron con su vida. Para Tala, el problema era más básico: simplemente no quería sentirse encerrada en casa todo el tiempo, explica Husam. "Era alegre y siempre le gustaba reírse. Le encantaba salir de casa", recuerda.
"Tenía muchos sueños. Siempre me pedía muchas cosas y yo respondía a sus necesidades. Me dijo: 'Quiero un par de patines', así que se los compré", continúa. Desde el estallido de la guerra de Israel en Gaza, Husam apenas dejaba a Tala y sus hermanos salir a la calle. "Solía decirme: '¿Por qué no vivimos como todos los otros niños del mundo? Me gustaría que tuviéramos una vida en paz. No queremos guerras, mamá. Ya he tenido bastante guerra", recuerda su madre, Um Tala.
Los detalles del bombardeo todavía no se han esclarecido. Y es que Tala es una víctima más de este genocidio que ya ha dejado casi 26.000 niños y niñas asesinadas en la Franja de Gaza.