De Al Qaeda a la ONU
La transformación de Al Sharaa en su primer año como presidente interino de Siria: se posiciona como moderado y cambia hasta su aspecto
El contexto Ahmed al Sharaa pasó de ser el líder de Al Qaeda en Siria a presidente tras derrocar al régimen de Al Assad en diciembre de 2024.
Resumen IA supervisado
Ahmed al Sharaa, exmiembro de Al Qaeda y ahora presidente interino de Siria, ha experimentado una notable transformación en el último año. Anteriormente buscado por Estados Unidos por su liderazgo en Al Qaeda, su milicia derrocó al régimen de Bashar al Assad, permitiéndole asumir el poder. Desde entonces, Al Sharaa se ha esforzado por proyectar una imagen de político moderado, alejándose del islamismo radical. Ha cambiado su apariencia, adoptando un estilo más formal, y ha conseguido el levantamiento de sanciones económicas de Estados Unidos. Sin embargo, su gobierno enfrenta críticas por presuntas colaboraciones en matanzas y la ausencia de elecciones.
* Resumen supervisado por periodistas.
De guerrillero y miembro de Al Qaeda buscado por Estados Unidos a codearse como un líder internacional más en Naciones Unidas. Ahmed al Sharaa, presidente interino de Siria, ha experimentado en el último año un cambio de imagen total.
Al Sharaa fue uno de los hombres clave de Al Qaeda durante la década de los 2000. Comenzó su carrera yihadista en Irak en 2003, donde combatió contra las tropas estadounidenses. Poco tiempo después, pasó a liderar al grupo terrorista en Siria, lo que le valió una orden de busca y captura como terrorista por EEUU, que llegó a ofrecer una recompensa de hasta diez millones de dólares.
Todo eso cambió hace ahora un año, cuando su milicia logró derrocar al régimen de Bashar al Assad en Siria. Asumió el poder para la transición y desde entonces, se empeña en mostrarse como un político moderado, defensor de la pluralidad y la tolerancia.
Consciente de la importancia de la imagen que se proyecta para ser aceptado en el resto del mundo, Al Sharaa ha cambiado incluso su aspecto físico. Ha abandonado el uniforme militar y viste con traje, se recorta la barba y hasta ha cambiado su nombre de guerrillero, pasando de Al Golani a Al Sharaa.
En su objetivo por construir una nueva Siria, ha prometido alejarse del islamismo radical y ha conseguido el levantamiento de las sanciones económicas de Donald Trump. El líder sirio ha pasado de enemigo público a ser homólogo respetado, jugando al baloncesto en la Casa Blanca y codeándose con Trump en el Despacho Oval.
"Es un hombre fuerte (...) Queremos que Siria sea un país exitoso, y él puede lograrlo", afirmó el presidente estadounidense durante la visita de Al Sharaa el pasado noviembre.
Sin embargo, por mucho empeño que está poniendo en su transformación, su primer año como presidente no ha estado exento de polémica: la oposición acusa a su gobierno de colaborar en matanzas y, de momento, ni hay ni se esperan elecciones en el país.
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