Desde la Casa Blanca
Trump siguió el asalto al Capitolio por Fox News y "no hizo nada para detenerlo"
El comité de la Cámara de Representantes que investiga el asalto al Capitolio señaló este jueves que el expresidente de Estados Unidos decidió no frenarlo porque le convenía y en su lugar pasó la tarde viéndolo por televisión.
El comité de la Cámara de Representantes que investiga elasalto al Capitolio ha acusado este jueves a Trump de estar en el centro de una conspiración múltiple para anular su derrota ante Biden en la contienda electoral de 2020. Según mostró el Comité, el expresidente de Estados Unidos decidió no frenar el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021 porque le convenía y en su lugar pasó la tarde viéndolo por televisión. "Era la única persona en el mundo capaz de parar a la multitud. No pudo ser movilizado ni por sus asistentes ni por sus aliados. Ignoró las peticiones desesperadas de su propia familia, incluidos (sus hijos) Ivanka y Donald Jr.", dijo el presidente de esa comisión, el demócrata Bennie Thompson.
El comité ha presentado pruebas de audio y vídeo, así como el testimonio en directo de dos exfuncionarios de la Casa Blanca, ahondando en la inacción de Trump durante un lapso crucial de más de tres horas entre el final de su mitin previo a los disturbios cerca de la Casa Blanca y su eventual llamada en Twitter para que la multitud se fuera a casa.
En este sentido, la representante Elaine Luria, demócrata de Virginia y miembro del comité, ha asegurado que Trump fue llevado de vuelta a la Casa Blanca después de su discurso y afirmó que "a los 15 minutos de abandonar el escenario", un asesor de la Casa Blanca le dijo a Trump que el Capitolio estaba siendo atacado. Por otro lado, Sarah Matthews, exsubsecretaria de prensa de Trump, ha testificado que el expresidente podría haber hecho una declaración a los estadounidenses y detener la violencia "casi instantáneamente" si hubiera querido. Y en menos de un minuto: tiempo que se tarda en ir desde el comedor privado del ala oeste hasta la sala de prensa. También ha testificado que Trump se resistía a enviar un mensaje de paz a los alborotadores. Fue su hija quien le convenció para emplear esa otra fórmula.
Esta nueva sesión, emitida en horario de máxima audiencia, fue la octava y última, hasta septiembre, de esta serie de interrogatorios públicos iniciada hace un mes. El foco estuvo puesto en los 187 minutos que pasaron desde que Trump arengó a la multitud a hacerse oír en el Capitolio hasta que a las 16.17 de esa tarde colgó un vídeo en Twitter donde les dijo por primera vez que debían abandonar la sede del Congreso. En total participaron en la protesta unas 10.000 personas -la mayoría trumpistas- y cerca de 800 irrumpieron en el edificio mientras se estaba certificando formalmente la victoria del demócrata Joe Biden en las presidenciales de noviembre. Hubo cinco muertos y unos 140 agentes heridos.
Para el comité los 187 minutos examinados proporcionan un ejemplo claro de abandono de poder por parte del exmandatario, que hasta el vídeo citado había publicado un tuit para criticar que su vicepresidente, Mike Pence, se negara a anular las elecciones, y dos para pedir a los manifestantes que fueran pacíficos y respetaran la ley.
¿Qué hacía Trump durante el asalto al Capitolio?
El presidente estaba entonces en la Casa Blanca, al no haber logrado convencer a sus conductores de que lo llevaran al Capitolio, tal y como se recordó hoy y relató el 28 de junio una testigo clave esta investigación política, Cassidy Hutchinson, ayudante del entonces jefe de gabinete presidencial, Mark Meadows. De haberse personado, según un agente de seguridad, habría dejado de ser una manifestación pública para convertirse en "algo más". "No sé si quieren usar la palabra insurrección, golpe de Estado o lo que sea", le dijo al comité.
Pero estaba siguiendo los altercados en la cadena conservadora Fox News y en vez de hacer caso a sus asesores y movilizar a las fuerzas del orden llamó a su abogado, Rudy Giulani, y a senadores que estaban dentro del Capitolio para impulsarlos a retrasar la certificación de los resultados electorales. Mientras la turba estaba ya en el interior del edificio, hubo agentes del vicepresidente, Mike Pence, que según un funcionario de seguridad empezaron a temer por sus vidas y llamaron a sus familiares para despedirse.
Entre la gente preocupada por cómo estaba deteriorándose la situación y por sus implicaciones estuvo el líder de los republicanos en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, que pidió al yerno de Trump, Jared Kushner, que intercediera. El 7 de enero, el expresidente seguía negándose a dar por cerradas las elecciones. El comité esperaba contar con una serie de mensajes de texto del Servicio Secreto enviados el 5 y 6 de enero y que podrían haber ofrecido más detalles, pero solo ha recibido uno.
El resto fueron borrados en el marco de una migración del sistema previamente planificada y según los medios no pueden recuperarse. Este jueves se ha sabido que el Departamento de Seguridad Nacional ha lanzado una investigación penal sobre esa eliminación y ha pedido al Servicio Secreto que cese la suya para que no haya injerencias. Audiencias anteriores habían servido para determinar vínculos entre el expresidente y su círculo con grupos supremacistas que lideraron la protesta y para incidir en que el entorno más cercano de Trump le recalcó repetidamente que su teoría del robo de las elecciones carecía de fundamento. La primera dama, Melania Trump, señaló este jueves en Fox News que ella no condenó de forma inmediata la violencia desencadenada porque esa tarde se encontraba trabajando y nadie la informó de los altercados.