Suspensión del ensayo
La voluntaria de la vacuna de Oxford que enfermó: mujer, sufre mielitis transversa y no le inyectaron el placebo
El pasado miércoles se suspendió el ensayo clínico de la vacuna contra el coronavirus por la aparición de una enfermedad "potencialmente inexplicable" en una paciente. Ahora se conoce que no le inyectaron el placebo, sino la vacuna.
Los ensayos clínicos de la vacuna contra el coronavirus más avanzada, la de AstraZeneca, han sido suspendidos después de que una mujer, a la que se inyectó la vacuna y no el placebo, experimentara síntomas de un tipo de mielitis.
La farmacéutica AstraZeneca anunció la madrugada del miércoles que suspendía el ensayo clínico de la vacuna contra la Covid-19 tras haber detectado la aparición de una "enfermedad potencialmente inexplicable" en uno de los pacientes a los que se le había aplicado.
Ahora, el director ejecutivo de la farmacéutica, Pascal Soriot, ha explicado en una conversación telefónica con el banco de inversión J.P Morgan que la persona que había generado una enfermedad grave es una mujer que, concretamente, comenzó a sufrir los síntomas de un trastorno inflamatorio espinal grave denominado mielitis transversa.
Según explicó Soriot, aún no se ha confirmado el estado de la mujer, pero ha afirmado que está experimentando mejorías y probablemente reciba el alta hospitalaria en los próximos días.
No es la primera paciente de la vacuna de Oxford que experimenta una enfermedad en la mielitis. El director de AstraZeneca ha reconocido que en julio tuvieron que parar el ensayo clínico de la vacuna contra el coronavirus después de otro paciente experimentara síntomas neurológicos que resultaron ser causa de una esclerosis múltiple. Sin embargo, se descartó que este diagnóstico estuviera relacionado con la inyección de la vacuna.
A pesar del revuelo generado por la suspensión de los ensayos, es habitual que ocurran este tipo de contratiempos. El divulgador científico Luis Quevedo, explicó en Más Vale Tarde que la situación "es completamente normal". Quevedo sostiene que lo extraordinario es "la enorme atención global que hay sobre un proceso que normalmente sucedía en la trastienda científica y la presión del presidente Donald Trump, que está empujando porque la quiere antes de las elecciones".
"Si revisas el normal proceder de este tipo de ensayos, lo hace siempre alguien externo, estos parones se producen con total normalidad", insiste Quevedo, que destaca que "es lo que se esperaba".