LASEXTA VIAJA AL CUERNO DE ÁFRICA
Vivir en Somalilandia, la prueba de las terribles consecuencias del cambio climático: la sequía lo ha arrasado todo
Somalilandia es un territorio que muchos han definido como 'bomba climática'. laSexta ha estado allí, donde la emergencia climática lo ha arrasado todo.
laSexta visita Somalilandia, en el llamado 'Cuerno de África'. Allí nadie se atreve a negar ya la emergencia climática. "Me llamo Zacharias, vivo en Somalilandia y, como cualquier somalilandés, emito a la atmósfera cada año 0,04 toneladas métricas de CO2", cuenta un miembro de Oxfam Intermon. En España, cada ciudadano ensucia la atmósfera cada año con cinco toneladas métricas de CO2 de media.
A pesar de la diferencia que hay entre ambos países, la emergencia climática se está cebando con el territorio africano. Allí, muchos son pastores y llevan siglos hablándole de 'tú a tú' a la naturaleza. Sin embargo, ahora están perdidos. "Antes, nosotros sabíamos predecir el tiempo; específicamente, cuándo iba a llover", ha lamentado Shukri Ismail, ministra de Medio Ambiente en Somalilandia.
Su vida giraba en torno al clima. "Nosotros teníamos antes la primavera para aparear al ganado, las cabras, las ovejas...", ha contado a laSexta Ismail, que ha añadido: "Ahora eso se ha ido". En la actualidad, cada cría que nace no llega a sobrevivir. La sequía se ha instalado de lleno en Somalilandia. La tierra está demasiado seca, y la poca lluvia que cae ni siquiera penetra.
"Incluso cuando llueve, la lluvia es errática, se mueve de un sitio a otro y eso destroza la tierra de cultivo y el pasto", ha explicado la ministra de Medio Ambiente somalilandesa. Los últimos años han sido especialmente duros. Los pastores, desesperados, se han cansado de perseguir la lluvia, dejando tras de sí un reguero de cadáveres. "Fue triste verlo, fueron tiempos caóticos", ha confesado Shukri Ismail.
La ministra se emociona al reflexionar sobre la situación. El gobierno de Somalilandia ha asumido su parte de culpa, pero sin industrias ni transportes, hay otros culpables. Por eso, Shukri Ismail denuncia: deberían haber sido invitados a la Cumbre del Clima. Sin reconocimiento internacional, están solos en el mundo y quieren que, al menos, alguien les escuche.