El 26 de abril de 1937
85 años de la tragedia de Gernika: cómo los nazis y los fascistas italianos masacraron a todo un pueblo con el permiso de Franco
En este 2022 se cumplen 85 años de uno de los mayores crímenes de guerra perpetrado por los nazis de Hitler y los fascistas de Mussolini. Todo con la complicidad de Franco, que no dudó en mentir para culpar a los "rojos" de la matanza.
El 26 de abril de 1937, Gernika quedaba prácticamente reducida a cenizas. Así lo ha recordado este martes el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. A través de Twitter, ha destacado que el bombardeo del municipio vasco por parte de la aviación nazi y de los fascistas italianos al servicio de Franco "fue uno de los episodios más cruentos de la Guerra Civil". Y ha añadido: "85 años después, recordamos este día y a todas sus víctimas. Porque la memoria es imprescindible para seguir construyendo una sociedad democrática y en paz".
Así ha rememorado el líder del Ejecutivo la que fue una de las mayores masacres perpetradas desde el bando de los sublevados, adjuntando un vídeo en el que se destaca que "el mundo conoció lo ocurrido gracias al testimonio de los corresponsales extranjeros yal cuadro universal de Picasso, que se convirtió para siempre en un icono contra la guerra y contra el horror". Asimismo, se detalla que "lo ocurrido en Gernika representa la crueldad de una guerra contra la población civil, y es parte fundamental de la memoria vasca, española y europea".
Creando paralelismos con la situación actual que se vive en Ucrania dos meses después del inicio de la invasión rusa, en el vídeo compartido por Sánchez se indica que la tragedia de Gernika "evidencia la importancia de mantener viva la memoria para no repetir lo peor de nuestra historia". Y se concluye: "Putin tampoco va a salirse con la suya. La injusticia y el terror de la guerra no nos doblegarán. Nos mantendremos firmes en la defensa de los valores democráticos, de los valores europeos y de los derechos humanos".
Cronología del terror
Pasadas las 16:00 horas, comienza el ataque contra Gernika. La operación se lleva plantenado desde días atrás, pero es en la misma mañana del 26 abril de 1937 cuando se ultiman los detalles de una ofensiva que, instantes antes de iniciarse, advierten las alertas antiaéreas y los propios vecinos que se encuentran en las calles y observan aterrorizados a numerosos aviones en la zona. El primer bombardeo que efectúan los nazis y los fascistas italianos tiene por objetivo evitar la retirada de las tropas republicanas de Gernika, cortando la carretera y el puente de acceso.
Minutos después, se incrementa la intensidad de la ofensiva, llegándose a arrojar un desproporcionado número de bombas, entre las que había tanto artefactos explosivos como incendiarios, una apuesta que parecía dejar claro que el objetivo no era únicamente inutilizar las infraestructuras empleadas por las tropas invadidas. No solo eso, también se registraron múltiples ametrallamientos contra la población civil. Cerca de las 20:00 horas, dejaron de sonar las alarmas.
No sabíamos dónde meternos. Si te veían, te ametrallaban. Nosotros estuvimos cuatro horas en el agua"
El resultado: una operación con una treintena de bombarderos y cazas que arrojaron unas 7.000 bombas y causaron entre 250 y 300 muertos, y dejando más del 80% de Gernika completamente destruido. Quienes sobrevivieron no lograron olvidar el horror provocada por esta masacre. Así lo contó a laSexta Andone, una superviviente del bombardeo de Gernika que, con nueve años, tuvo la fortuna de salvar su vida junto a sus hermanos. Lo hizo escondiéndose en la ría junto al pueblo. Los árboles le salvaron la vida: "No sabíamos dónde meternos. Si te veían, te ametrallaban y te mataban".
"Nosotros estuvimos bajo dos árboles desde las cuatro hasta las ocho. Cuatro horas estuvimos en el agua. No sentíamos frío, lo que teníamos era miedo", relató Andone, que no fue la única menor en salvar la vida durante esta masacre. Son muchos, muchísimos los recuerdos de quienes a muy corta edad aprendieron a identificar el sonido de las aeronaves preparadas para atentar contra la vida de forma indiscriminada: "Mi madre murió a consecuencia del bombardeo de Gernika. Yo nací ahí y resucité ahí. Gracias a mi padre, si no, hubiésemos muerto ahí".
La mentira destapada por el periodista
Ahora, los vecinos de Gernika pueden hablar, pues durante muchos años se prohibió contar la verdad de lo ocurrido. Fue parte del segundo movimiento del franquismo contra la dignididad y la memoria de las víctimas de Gernika en favor de sus intereses. Con la villa aniquilada, el régimen se lavó las manos. Se asustó del resultado del ataque llevado a cabo por nazis y fascistas italianos y maniobró para que no pareciera un bombardeo, sino un incendio. Así, los franquistas empezaron a decir enseguida que ellos no habían bombardeado Gernika, que las tropas rojas en retirada habían pegado fuego a la villa.
Este plan se vio claramente reflejado días después, el 29 de abril de 1937, en la edición andaluza del diario 'ABC', una zona controlada por entonces por los golpistas. En este periódico aparecía el siguiente titular: 'Guernica, destruida por el fuego de los rojos'. Sin embargo, en la edición de Madrid, zona republicana, la portada fue muy diferente: 'Gernika, objetivo militar de los facciosos', se podía leer en una página repleta de trágicas imágenes del estado del pueblo vasco tras el ataque.
Aun así, el franquismo no dudó en seguir mintiendo sobre la autoría de los hechos. Así se puede ver en un documental franquista que contó con la versión de Franco para tratar esta cuestión: "Cierta prensa aseguró que esta desgraciada ciudad (Gernika) fue destruida por la aviación nacionalista. Los bidones de gasolina acumulados en la iglesia demuestran que fueron patrullas de incendiarios". Lo único cierto que expresó Franco en esta ocasión fue que, en efecto, había bidones de gasolina junto a la iglesia. Pero ¿por qué?
Es lógico que estuvieran allí, porque aquello era una estación de servicio. Incluso en la foto que acompaña estas líneas se aprecian hasta los surtidores. Ya en plena posguerra, tampoco calaba el mensaje del franquismo en la población vasca. "En la escuela nos decían que han sido los rojos. ¿Cómo vamos a hacer nosotros eso, hundir todo el pueblo?", recordó Francisco García, superviviente, en laSexta. Pero hubo una persona que, lejos de comprarle el relato al régimen, se atrevió a decir públicamente la verdad.
George Steer fue el primero. Este periodista británico dio a conocer al mundo la tragedia que vivió Gernika a manos de franquistas, fascistas y nazis, y lo hizo en uno de los periódicos de mayor renombre a nivel mundial: el 'New York Times'. Así arrancó Steer su pieza informativa: 'Ciudad histórica vasca, aniquilada; aviadores rebeldes ametrallan a la población civil'. Steer fue el primero en decir al mundo que el bombardeo lo hicieron los nazis ayudando a los golpistas. Por eso, hoy en día se mantiene su busto en Gernika, recordando al periodista que contó la verdad.