ASEGURA QUE "NO SE PUEDE PRECISAR" EL ORIGEN DEL HUNDIMIENTO
Absueltos todos los acusados por la catástrofe del 'Prestige'
El tribunal que ha juzgado la catástrofe del Prestige en noviembre de 2002 ha absuelto a los tres acusados de haber causado la catástrofe medioambiental, aunque condena al capitán del buque a nueve meses de prisión por un delito de desobediencia grave. Además, el tribunal exime de responsabilidad a la Administración, al entender que no provocó la catástrofe sino que trató de solucionarla y evitar daños materiales y humanos.
La Audiencia Provincial de La Coruña ha absuelto tanto al capitán del 'Prestige', Apostolos Mangouras, al jefe de máquinas del buque y al exdirector general de la Marina Mercante José Luis López Sors, por los delitos contra el medioambiente de los que eran acusados, mientras que únicamente el primero ha sido condenado a 9 meses de prisión por un delito de "desobediencia grave".
En su fallo, hecho público este miércoles en el undécimo aniversario del siniestro marítimo -ocurrido el 13 de noviembre de 2002 frente a las costas gallegas-, el tribunal que durante nueve meses juzgó la catástrofe, ha absuelto de todos los delitos por los que eran procesadoas al jefe de máquinas, Nikolaos Argyropoulos y a López Sors. Mientras, el cuarto acusado, el primer oficial, Ireneo Maloto, queda excluido de esta sentencia porque no llegó a ser juzgado, al encontrarse en paradero desconocido.
El presidente de la Sala que enjuició los hechos, José Luis Pía, ha sido el encargado de leer la sentencia, en lengua gallega, sobre un siniestro que provocó una de las mayores catástrofes medioambientales registradas en España.
"Soy el último capitán del 'Prestige', barco que desgraciadamente yace en el fondo del océano"
Mangouras tenía 67 años cuando el día 5 de noviembre de 2002 zarpó de Risga con 77.000 toneladas de fuel pesado en los tanques del petrolero 'Prestige', un ajado monocasco de bandera de conveniencia. Siete mil euros de nómina mensual por una última travesía para un viejo capitán con 44 años de experiencia, quien no sabía que aquel día comenzó a gestarse la mayor catástrofe medioambiental de la historia de España.
Hoy es un hombre mayor que vive en Atenas, donde posee un apartamento y un automóvil compartido con su hija, y que ha estado diez años compareciendo periódicamente en diferentes comisarías, siempre localizado, sin poder olvidar esas fechas que mancharon su currículo impoluto.
El 19 de noviembre de 2002, tras seis días a la deriva frente a Fisterra (A Coruña), el barco se partió en dos y se hundió provocando un vertido de chapapote que afectó a más de 1.700 kilómetros de litoral, desde Portugal hasta Francia. "Mi nombre es Apostolos Mangouras, ciudadano griego y en extensión europeo. Soy el último capitán del 'Prestige', barco que desgraciadamente yace en el fondo del océano', escribió a la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte, en una carta en la que pidió disculpas por el daño causado y proclamó su amor por el mar.
Nikolaos Argyropoulos aprovechó su turno de palabra en la última sesión del macrojuicio declarado visto para sentencia el pasado 10 de julio para pedir "perdón" a Galicia por los daños causados por el chapapote.