"Son aguas epañolas"
Albares niega tajante que hubiese "violación de la soberanía" en la operación contra el contrabando en Gibraltar
El ministro de Exteriores ha defendido que las aguas donde se produjo la agresión por parte de contrabandistas de tabaco a dos agentes españoles de Aduanas ocurrió en "aguas españolas". Rechaza así la "supuesta soberanía británica" que han manifestado las autoridades de Gibraltar.
El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, niega que eloperativo contra el contrabando de tabaco en aguas de Gibraltar que se produjo este viernes sea una violación de la soberanía británica. El Gobierno de Gibraltar lo calificó así después de que agentes aduaneros españoles se enfrentasen a los traficantes, que terminaron agrediéndoles y lanzándoles piedras.
En una entrevista en Antena 3, el responsable de Exteriores ha defendido que esas aguas son españolas. "Rechazo tajantemente esa supuesta soberanía británica sobre las aguas, que son aguas españolas, donde se produjo ese incidente", ha mantenido Albares.
Este episodio podría desembocar en un conflicto diplomático. Durante la operación, la lancha española quedó varada en la arena al romperse su motor. El estado de la mar y la inercia hicieron que la lancha quedara varada en la cercana playa de Levante del Peñón y los contrabandistas aprovecharon la situación para atacarles brutalmente. Los dos agentes de Vigilancia Aduanera tuvieron que disparar para disuadirles y resultaron heridos, uno con el tabique nasal roto y el otro está a la espera de ser intervenido para atender las fracturas en pómulo y tabique nasal que le causaron las pedradas.
Gibraltar ha asegurado al respecto que si la situación fue tal, sería una infracción grave, una violación de su soberanía al entrar los dos agentes de aduanas, dicen, en su territorio. El ministro principal de Gibraltar aseguró en una Declaración que "las pruebas que rodean este incidente revelan una grave violación de la soberanía británica y, potencialmente, el incidente más grave y peligroso desde hace muchos años".
Añade que "de confirmarse que los funcionarios españoles dispararon sus armas en Gibraltar" sería una infracción "muy grave de la ley", además de una acción "imprudente y peligrosa" dada "la proximidad de una urbanización residencial".
Esta respuesta no ha gustado al Ejecutivo español, que desde ese mismo momento rechazó las "pretensiones sobre una supuesta soberanía británica sobre el territorio y aguas de Gibraltar recogidas en ella".
"Esta Declaración resulta especialmente incomprensible en el momento en el que España ha puesto sobre la mesa un acuerdo para crear una zona de prosperidad compartida", denunció el Gobierno en un comunicado. En la misiva también exigió "medidas eficaces de lucha contra el contrabando que perjudica a toda la zona y desea a los agentes españoles sus deseos de pronta recuperación".