Nombrado por la OMT

Alquézar: de condenado a desaparecer a ser el pueblo más bonito del mundo

La Organización Mundial del Turismo (OMT) ha elaborado un listado de 32 pueblos que se consideran los mejores para viajar y hacer turismo. Y Alquézar ha conseguido un puesto ahí, pero conozcamos cómo han llegado hasta aquí.

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Alquézar es un pueblo situado en Huesca, concretamente en la comarca Somontano de Barbastro y cuyo sustento hasta hace 60 años no era otro que la agricultura y la ganadería. No es fácil de encontrar puesto que se esconde entre cortados del Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara. Su origen se remonta al siglo IX y a una construcción árabe: 'Alcazar' cuyo significado es castillo o palacio fortificado donde reside el rey. Hoy esa construcción es lo que da nombre al pueblo, pero con el paso del tiempo se convirtió en una colegiata, que es un templo católico que, sin ser catedral, posee un cabildo.

Esa colegiata es importante, porque fue lo que puso en el mapa a este pequeño pueblo maño. En 1966 la colegiata fue declarada Monumento Histórico Artístico Nacional y los amantes del patrimonio comenzaron a llegar al pueblo. Hubo además otro hito importante: en aquel momento los franceses se morían por el deporte del barranquismo y este lugar, era el sitio perfecto por su ubicación en la Sierra de Guara.

De pronto, el pueblo que toda la vida había subsistido a base de agricultura y ganadería, comenzaba a recibir muchos turistas. Y fue todo una suerte porque generaciones como la del padre de José Luis veían a sus hijos marcharse del pueblo en busca de otras oportunidades laborales.

José Luis decidió darle el gusto a su padre y quedarse en el pueblo, pero vio la necesidad de darle un cambio: debían apostar por el turismo. Y así, en 1979 se convirtió en el primer alcalde de la democracia del pequeño municipio. "Lo primero que había que hacer era asfaltar las calles, dejarlas decentes para los visitantes. Aquellos que sabíamos algo de albañilería nos pusimos manos a la obra" nos cuenta José Luis.

Hoy pisamos esas calles, que conservan el empedrado original guardando la autenticidad del pueblo y que sirvió para que en 1982 el casco urbano fuera declarado Conjunto Histórico-Artístico.

Ana era muy pequeña cuando el pueblo comenzó a dar el cambio, pero recuerda perfectamente cómo su familia prosperó. "Mi padre era camionero y tenía dos hijas. Él quería que nos quedáramos en el pueblo. Vio que los turistas iban a las casas en busca de bebida y comida, así que decidió vender su camión para comprar un local y montar el que fue el primer mesón del pueblo". Hoy Ana es copropietaria de 'Casa Pardina', uno de los mejores restaurantes del municipio, porque hoy por supuesto, ya no son los únicos que ofrecen una cerveza fría y un plato caliente.

Ana compagina el trabajo en el restaurante con el papel de Concejala de Turismo, porque nos cuenta que aunque empadronados hay 300 habitantes, los que viven en el municipio todo el año no son más de 150, así que dice "todo se queda en familia".

En nuestro camino también nos encontramos con José María: el cura del municipio. De Alquézar y de todos los pequeños pueblos que hay alrededor como suele pasar en estos casos. Pero reside en Alquézar porque es un auténtico enamorado de La Colegiata de Santa María y con la ilusión de un niño abriendo los regalos de Navidad, nos cuenta cómo entre los muros del monumento se palpa el paso de los años "¿Véis? desde el arte mudéjar al románico o gótico, aquí conviven todos". Para despedirnos, nos canta con José Luis una jota al monumento.

A nosotros La Colegiata nos deja sin palabras, pero perdernos entre las calles de este pueblo también es un auténtico privilegio para la vista y comer, un gusto para el paladar. Por eso no nos extraña que sea uno de los mejores lugares del mundo para hacer turismo. Además, hay infinidad de actividades para realizar para los más deportistas: desde barranquismo hasta escalada, así como recorrer las pasarelas desde las que se admira la belleza del último tramo del Cañón del Río Vero. Una espectacular combinación de agua y roca en caos naturales únicos.

Y así, es como el pequeño pueblo que estaba condenado a desaparecer, se ha convertido en uno de los mejores del mundo. Será el día 27 y 28 de febrero en Alula (Arabia Saudí) cuando se celebre la ceremonia de entrega de premios, coincidiendo con la primera reunión presencial de la Red de Mejores Pueblos Turísticos de la OMT. A partir de entonces quedará abierta la siguiente edición en la que esperamos ver muchos más municipios de nuestro país dentro de la lista.

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