TRAS LA SENTENCIA EUROPEA
Las políticas migratorias provocan las primeras diferencias en el Gobierno
Las primeras tensiones en el Gobierno llegan tras la sentencia de Estrasburgo que ha avalado la 'devolución en caliente' de migrantes en la valle de Melilla.
Los anuncios de Marlaska sobre política migratoria han generado las primeras discrepancias en el Gobierno de coalición, y es que según fuentes del grupo parlamentario de Unidas Podemos, la formación morada espera que el Ministerio del Interior aclare lo que consideran un malentendido.
Unidas Podemos considera que "apostar por endurecer la ley contra las personas que vienen a trabajar a nuestro país huyendo del hambre y de la guerra o elogiar sentencias que avalan la violación de sus derechos humanos no sólo es lo contrario de lo que figura en el acuerdo de gobierno de coalición, es además lo contrario de lo que desean la inmensa mayoría de los votantes del PSOE y de Unidas Podemos".
Desde Moncloa han respondido aclarando que el Gobierno "considera que la política migratoria es una cuestión de Estado, basada en el respeto y acatamiento de las decisiones judiciales y en los derechos humanos".
Además, señala como ejes de su política migratoria la cooperación y apoyo a las poblaciones en desarrollo de los países de origen; la lucha contra la criminalidad y la trata de seres humanos; la apertura de vías legales y seguras para la inserción social y laboral en los países de destino; y el establecimiento de cauces para la correcta identificación entre peticiones de asilo y migraciones económicas, adecuando el sistema de asilo a la protección de nuevas realidades.
Las tensiones llegan después de que Estrasburgo considerara que España no violó la normativa comunitaria en materia de derechos humanos al devolver a Marruecos a dos migrantes que intentaron saltar la valla de Melilla en el año 2014. Yolanda Díaz, una de las integrantes de Unidas Podemos en el Gobierno, ya explicaba que "España debe estar a la altura de las exigencias de los derechos fundamentales".
Por otra parte, el Ministerio de Interior ha anunciado, en su plan de crear "fronteras del siglo XXI", la modificación de las vallas en la frontera de Ceuta y Melilla aumentando su altura un 30% y eliminando las concertinas para dotar así a estos elementos, según explican, de más seguridad pero menos crueldad.