ARRANCA EL JUICIO

Los Franco creen que las estatuas del Pórtico de la Gloria les pertenecen al haber pasado más de 20 años en su poder

Una escritura es la única prueba aceptada en la audiencia previa que se ha celebrado por las estatuas del Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago. La familia Francoalega que, según la ley, son objeto de prescripción. Es decir, dado que han pasado más de 20 años en su poder, afirman que las estatuas les pertenecen.

Casi un año después de su admisión a trámite, el pasado 13 de octubre se fijaba la primera de las sesiones del proceso judicial relativo a las estatuas de los profetas Abraham e Isaac, originalmente pertenecientes a la fachada del Pórtico y que el Ayuntamiento de Santiago reclama ante los tribunales a la familia Franco.

Sin embargo, en aquel momento la vista se aplazó a raíz de las alegaciones presentadas por los descendientes del dictador, que aseguraron que todavía no "habían heredado el patrimonio" de su madre, Carmen Franco, fallecida en diciembre de 2017, por lo que este proceso aún no podía llevarse adelante.

Con el objetivo de clarificar esta situación, la jueza que lleva el caso pidió "aclaraciones" a la familia y aplazó el inicio de las vistas hasta este lunes, cuando está previsto que se celebre esta sesión "de trámite", en la que, según fuentes municipales, quedan por completar testimonios y pruebas de cara a la celebración del juicio.

La demanda presentada por el Ayuntamiento de Santiago hace referencia a dos esculturas que representan a los profetas Abraham e Isaac, originalmente pertenecientes a la fachada situada ante el Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago y que fueron retiradas durante las obras del siglo XVI.

Ambas piezas fueron incluidas el pasado año en una exposición dedicada al Maestro Mateo como pertenecientes a una "colección particular". Fue en este momento cuando el Ayuntamiento de Santiago detectó que la documentación en su poder atribuía al patrimonio público la propiedad e inició las gestiones para reclamar la devolución de las piezas.

El Ayuntamiento de Santiago inició a principios de mes de septiembre del pasado año la reclamación de estas figuras directamente a los Franco. Sin embargo, tras no obtener contestación de la familia, el gobierno local decidió el 24 de noviembre de 2017 interponer una demanda judicial contra Carmen Franco para exigir la devolución de estas piezas, que fue admitida a trámite en diciembre. De forma paralela, la Xunta inició el procedimiento para declarar Bien de Interés Cultural (BIC) estas piezas.

Prohibición de venta o cesión

La demanda de Santiago se vio respaldada, poco después del inicio de las acciones, con la localización en el archivo de la Universidad de Santiago del expediente de adquisición de las piezas, así como de la propia escritura notarial, haciendo constar todas las características de las estatuas, de la titularidad municipal.

Según estos documentos, tras su retirada de la Catedral, las esculturas pasaron a manos del Conde de Ximonde en el siglo XVIII, un noble que las vendió al Ayuntamiento de Santiago por 60.000 pesetas en 1948. En el documento de venta existe una reserva "para evitar que desaparezcan del ayuntamiento" --con una multa en caso de que así sea-- y se preserve su propiedad "pública, de los vecinos de Santiago", sin posibilidad de venta o cesión.

Pese a ello, las dos esculturas pasaron en algún momento a manos de la familia Franco hace más de medio siglo, aunque no se ha localizado ningún documento de cesión. En un principio estuvieron en el polémico Pazo de Meirás y, posteriormente, fueron depositadas en Casa Cornide, hasta que se tuvo noticias de ellas en la exposición del Maestro Mateo.

Los Franco niegan el regalo

La demanda municipal se presentó en su día contra Carmen Franco Polo que, precisamente, falleció en diciembre de 2017, lo que obligó a reorientar la querella hacia sus herederos. En el escrito que los demandados han presentado en el juzgado, los siete nietos de Francisco Franco y Carmen Polo --hijos de Carmen Franco Polo y herederos del dictador-- alegan que las estatuas fueron "adquiridas" por el "matrimonio" a un "particular, a través de un anticuario" y afirman que el Ayuntamiento de Santiago no ha acreditado que las llegase a tener en su posesión.

Los herederos de Franco niegan el "rocambolesco e increíble relato" del Ayuntamiento de Santiago, según el cual, dicen los nietos del dictador, "Carmen Polo se encaprichó de las esculturas en los actos de la ofrenda al Apóstol del año 1954 y que el señor alcalde, y como si de una caja de bombones se tratase, 'complace' a la esposa del jefe del Estado 'regalándole' las figuras". Concretamente, el Consistorio relata el "interés muy insistente" de Carmen Polo al alcalde, "sugiriéndole de forma inequívoca su deseo de poseerlas".

Las estatuas volvieron a saltar a la palestra hace escasas semanas, cuando uno de los herederos, Francisco Franco Martínez-Bordiú, inició los trámites para intentar vender la parte que le corresponde del Pazo de Meirás a su propia empresa, la sociedad Pristina S.L. En la documentación presentada, esta venta incluiría las esculturas de Abraham e Isaac. Sin embargo, el alcalde de Santiago, Martiño Noriega, aseguró en su momento que la presentación y admisión a trámite de la demanda en curso "blinda" estas piezas de una posible venta en caso de que sean devueltas al ayuntamiento.

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