Compañía polémica
Así es Leno, la empresa de San Chin Choon en el pelotazo de las mascarillas: solo dos empleados y en "reestructuración"
La empresa es desconocida en el sector del material sanitario de Malasia y no consta en el registro de empresas que operan en el extranjero. Su secretaria, una de los dos trabajadores que quedan, asegura que San Chin Choon existe.
La empresa malasia Leno, en el centro de la supuesta estafa alAyuntamiento de Madrid en la compra de mascarillas, test y guantes al comienzo de la pandemia, es una compañía pequeña y desconocida inmersa actualmente en recortes de personal.
“Ahora solo somos dos personas en la oficina”, dice a EFE Katherine Phong, que se presenta al teléfono como la secretaria de Leno Sdn Bhd.
Esta empresa malasia proporcionó el material sanitario por el que el consistorio madrileño pagó 11,9 millones de dólares, 6 de los cuales fueron cobrados como comisiones por los empresarios Alberto Luceño y Luis Medina, según la Fiscalía Anticorrupción española, que sostiene que inflaron el precio para lucrarse.
En una breve conversación, Phong dice a EFE que la empresa se encuentra “recortando personal” y en plena “reestructuración”, tanto que son solo dos personas actualmente en la compañía, y confirma que su jefe es todavía San Chin Choon, director ejecutivo de Leno y cuya firma figura en los contratos con los españoles.
Leno es pequeña y en apariencia insignificante en el sector del material sanitario en Malasia, que es el primer fabricante de guantes sanitarios del mundo, con firmas como Top Glove, el principal productor mundial, cuyos beneficios se vieron disparados durante la pandemia.
Desconocida en Malasia
Pero la operación de altos vuelos de Luceño y Medina se hizo en cambio a través una compañía pequeña como Leno, desconocida por representantes de dicho sector en Malasia consultados por EFE.
Pese a la lejanía de la operación, realizada desde Madrid, y las vicisitudes surgidas durante el proceso, en el que hubo quejas por la pobre calidad de los guantes, nadie se puso nunca en contacto con la Oficina Económica y Comercial de España en Kuala Lumpur (Malasia), según confirman desde allí a EFE.
“Desde esta Oficina se ha facilitado información sobre proveedores del sector sanitario de Malasia cuando ha sido requerida por empresas o instituciones, no habiendo recibido ninguna consulta por parte de los comisionistas mencionados”, subraya.
Una nueva llamada a Leno es esta vez respondida por un “ejecutivo” que se presenta con un apodo, Kk, quien confirma la “reestructuración” de la empresa y que ésta ya no “suministra” guantes, sin dejar claro si siguen vendiendo el otro material que conformó el paquete vendido al consistorio (test y mascarillas).
Material importado de China
Ubicada en Kota Damansara, un distrito de pequeños comercios y restaurantes a menos de media hora de la capital de Malasia, Kuala Lumpur, según documentos del registro mercantil a los que tuvo acceso EFE, la empresa fue establecida el 24 de julio de 2001 y la naturaleza de su negocio queda definida como “ventas directas y comercio general de todo tipo de productos”, además de “fabricación”.
Según fuentes cercanas a la compañía, que no cotiza en bolsa y cuyo último estado financiero data de 2014, de acuerdo con la información del registro mercantil, la empresa no fabrica el material y lo importa todo de China.
El registro mercantil señala que San Chin Choon dimitió como su director en 2018, cuando le sucede en el puesto Ten Been Leng, quedando el primero como jefe ejecutivo, según la secretaria contactada.
En suma, una empresa no especializada en el sector de material sanitario que tampoco figura en Matrade, un registro voluntario de compañías malasias con negocios en el extranjero, situada ahora en el centro de una posible estafa con todavía más interrogantes que respuestas.
Desde Leno se rechaza dar información sobre San Chin Choon, el hombre ahora más buscado del caso y quien podría dar respuesta a preguntas clave, como la manera en la que se pactaron las comisiones.
Su pequeña empresa, de momento, sigue oficialmente en pie, en pleno proceso de recorte de personal pese a los cuantiosos beneficios obtenidos por el acuerdo con el consistorio madrileño.