El riesgo de las reuniones familiares y fiestas
Qué son los brotes mixtos y por qué deberían preocuparnos si no somos precavidos
La vuelta a la movilidad ha traído reuniones familiares muy esperadas, pero semanas después empezamos a conocer nuevos brotes de contagio. El Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos marca que la principal vía de contagio es la familiar.
Es importante recordarlo. Dar un abrazo o un beso, o hablar sin mantener la distancia de seguridad y sin la mascarilla, aunque se trate de tu familia y lleves semanas sin verlos, es un riesgo. "Todo el mundo identifica el coronavirus en una persona mayor que está tosiendo, pero nadie lo identifica en su primo, que está asintomático, sentado a tu lado en una fiesta familiar", ha explicado José Félix, presidente de Médicos por el Mundo.
Las ganas de retomar nuestras vidas nos llevan a relajar las medidas de seguridad. Nos confiamos más porque se trata de nuestros seres queridos, y estamos en un espacio exterior. "En una barbacoa, hay aglomeraciones en torno a un bien común", ha recordado José Antonio Lópe, director de Neurvirología de la Universidad Autónoma de Madrid.
Es el caso de uno de los focos de los Pirineos, pero no el único. En Castellón, Albacete o Pamplona, estos focos han tenido su origen en reuniones de familiares. Un reencuentro en Granada provocó dos nuevos focos, uno en Málaga y otro en Torre Pacheco, en Murcia. "No es que si voy a visitar a mis primos y acaban contagiados es mi problema, no. Luego tus primos pueden infectar a otros, creando un problema comunitario que no queremos", ha explicado Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES).
Esto es lo que Sanidad ha definido como brotes mixtos: que un brote familiar acabe generando un brote comunitario. ¿Los ejemplos? Una fiesta en un bar de Manresa que dejó casos positivos en el matadero de Avinyó, Barcelona. Y en Binéfar, Huesca, se identificaron varios focos tras la celebración de un cumpleaños en una peña entre adolescentes.
Los jóvenes subestiman las consecuencias negativas" de esta situación
"(Los jóvenes) viven las emociones de manera más intensa. Prefieren la recompensa inmediata y, por tanto, toman decisiones a corto plazo donde subestiman las consecuencias negativas que puedan tener", ha explicado Ana Sánchez-Anegón, CEO de 'El Animal Emocional'. De esta forma, se exponen en fiestas clandestinas en el interior de locales o en macrobotellones, como el de Tomelloso el de Luanco, con dos añadidos: los riesgos de ir sin mascarillas y de no respetar las distancias que no asumen.
"Somos una sociedad donde varias generaciones viven en una misma casa: el nieto, el hijo, el abuelo...", ha recordado López. Por ello, que no se asuman estos riesgos implica contagiar a los seres queridos cuando llegan a casa, que es el lugar donde se da la mayoría de las transmisiones.